Peter Donneweg,
director de la orquesta juvenil alemana Saint Georgen, que se encuentra en Cantabria ofreciendo una serie de conciertos didácticos, realizó una oferta insólita a los trabajadores de la empresa Magefesa que habían cortado la circulación en la carretera Santander-Bilbao. Si retiraban la barricada colocada y se permitía el paso de los autobuses de la orquesta, ésta estaba dispuesta a ofrecer un concierto informal en la misma carretera. Los manifestantes respondieron que "no se puede mezclar la música con las reivindicaciones laborales", pero los jóvenes concertistas buscaron acomodo en medio del colapso circulatorio para interpretar la primera sinfonía de Schubert. Las fuerzas antidisturbios de la Guardia Civil, llegadas al lugar durante el improvisado concierto, esperaron la finalización de éste -culminado con una larga ovación de huelguistas y automovilistas- para convencer a los trabajadores de que depusieran su actitud, petición que secundaron éstos minutos después.
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