Fraga, Vitoreado en el barrio de Salamanca
., Cientos de personas aclamaron al líder de la oposición conservadora, Manuel Fraga, durante el recorrido que realizó ayer por algunas calles del madrileño distrito de Salamanca, una de las antiguas zonas nacionales de la capital. El presidente de Alianza Popular visitó un hospital y un mercado, y tuvo que detenerse repetidamente en plena vía pública ante la avalancha de admiradoras que le solicitaban una foto dedicada, circunstancia que le dio pie para afirmar. "Las encuestas se hacen en la calle, y ya han visto cómo está la calle".
Fraga participaba en un "concejo abierto", caravanas que su partido organiza en Madrid para visitar los distritos y conocer en la calle los problemas de sus vecinos. El distrito de Salamanca engloba un núcleo señorial y monumental, en torno a las calles y paseos de Recoletos, Goya, Castellana y Ortega Gasset. Es un barrio viejo, en el que el 22% de su población supera los 65 años de edad, según datos facilitados por los propios organizadores del recorrido de ayer. En las elecciones generales del 8 de mayo de 1983, 63 vecinos de cada 100 vecinos del distrito votaron a AP, por sólo 27 al PSOE.Fraga, acompañado por dirigentes de AP de Madrid, diputados regionales y concejales del ayuntamiento madrileño, casi un centenar de personas en total, recaló en primer lugar en el Centro Quirúrgico de Montesa. Recorrió las instalaciones del centro, entre apretones de manos y frases amables apresuradas, y felicitó a una mujer que acababa de dar a luz.
En autobús, la comitiva se dirigió al cercano mercado de Torrijos, en la intersección de las calles del General Díaz Porlier y Hermosilla. Allí fue la hecatombe. Militantes de Alianza Popular repartieron fotos en color de su líder a la puerta y en el interior del mercado. Alrededor de 200 personas, en su gran mayoría mujeres, esperaban a la puerta y siguieron los pasos de su ídolo en cuanto comenzó a subir las escaleras de acceso al mercado. Los gritos de "¡Viva Fraga!", "¡Fraga, eres lo mejor de España!", "¡Fraga, valiente!" y "¡Fraga, presidente!" no dejaron de arropar al político durante toda la jornada.
Fraga no pudo preguntar el precio de los garbanzos, acontecimiento esperado por todo el mundo y sobre el que corrieron numerosos chascarrillos, porque la avalancha de mujeres que le rodeó inmediatamente de entrar al mercado le impidió prácticarriente acercarse a alguno de los puestos del mismo. La visita en el interior del mercado, que tenía prevista una duración de una hora, tuvo que reducirse a la mitad ante la imposibilidad de poder hacer algo de lo previsto, y también porque las clientas habituales del mercado comenzaron a mostrar signos de enfado, por aquella invasión intempestiva.
Signo de victoria
Fraga abandonó el establecimiento cansado de firmar fotos, algo despeinado y haciendo el signo de la victoria con los dedos índice y corazón. Su paseo a pie desde el mercado hasta la calle de Goya, por la que descendió en dirección a Colón hasta la cafetería California 47, provocó algunos atascos de tráfico, originados por la cantidad de viandantes que se paraban e invadían la calzada para contemplar la comitiva. Manuel Fraga compró un número de los ciegos a una muchacha invidente apostada en una esquina y charló ante un banco con numerosas personas que se le acercaron y con un grupo de taxistas que estaban en su parada esperando al cliente.Al término del recorrido se celebró una corta conferencia de prensa, en la que Fraga citó como sus mayores preocupaciones la cesta de la compra, la seguridad ciudadana y la droga, "que son los problemas que hay en la calle". Añadió que la juventud "está esperando el cambio, pero un cambio real, que es el que nosotros propugnamos".
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