Carlos de Inglaterra,

heredero de la Corona británica y uno de los mayores propietarios de tierras del Reino Unido, ha decidido adquirir una nueva propiedad, una granja de 420 acres (cerca de 200 hectáreas), con el propósito de iniciarse en la agricultura comercial. El príncipe había expresado su deseo de tener una granja junto a su residencia de campo de Highgrove, en el centro de Inglaterra, donde poder probar fortuna por sí mismo en las tareas agrícolas y en la cría ganadera, y ahora se le ha presentado la oportunidad de comprar una finca aneja a su mansión. La nueva granja tendrá derecho a la cuota comunitaria de leche, pero el hijo de la Reina de Inglaterra dispondrá también de corderos y grano.