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Escalada de polémicas y guerra de cifras entre 'críticos' y 'oficialistas' del PSOE

Los enfrentamientos verbales entre oficialistas y críticos dentro del PSOE se incrementan a medida que se aproximan las fechas para la celebración del 30º congreso federal del partido. Los últimos capítulos en la lucha política incluyen una guerra de cifras: Izquierda Socialista asegura que el 57% del PSOE se ha mostrado contra la permanencia en la OTAN, mientras que fuentes de la ejecutiva afirman que es solo un 34% el que está por el no a la Alianza. Además, extendiendo la polémica a cuestiones de fondo, los críticos afirman que la ponencia de síntesis que respalda el sector oficial es "social-liberal más que socialdemócrata".La ejecutiva del PSOE envió ayer a los 153.000 militantes del partido la ponencia de síntesis y el informe de gestión, documentos básicos que serán debatidos primero en los congresos provinciales del partido, a comienzos de noviembre, y en el congreso federal, después. En el informe de gestión, Felipe González escribe un prólogo en el que señala que "la Historia muestra que la izquierda no sube al poder cuando quiere, cuando todo va bien, sino cuando las situaciones están deterioradas y difíciles". También señala que los primeros meses de gobierno permitieron a los socialistas conocer poco a poco la realidad, que era tal y como se suponía, "pero más agudamente crítica y sombría".

La ponencia de síntesis, en su versión definitiva -es decir, con las escasas correcciones aportadas por el comité federal en su reunión de finales de septiembre-, mantiene la ambigüedad sobre la permanencia en la OTAN, considera "urgente" la lucha contra las desigualdades e "imprescindible" la aparición de nuevos medios informativos que "corrijan el presente desequilibrio"; a este respecto, el PSOE propugna la inclusión de una partida anual en los Presupuestos Generales del Estado para subvencionar la aparición de nuevos periódicos, en especial de ámbito local. Por lo que se refiere a la memoria de gestión, se muestra escasamente crítica con la labor del partido (e, indirectamente, del Gobierno) en los últimos años e incluso en el tema interno más espinoso, las finanzas del partido, se limita a recomendar mayor austeridad.

Otro informe oficial, enviado igualmente a los militantes, señala que, desde el 29 congreso, celebrado en octubre de 1981, el PSOE expulsó a 180 militantes.

Las 'nomenklaturas'

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Pablo Castellano, cabeza visible de Izquierda Socialista, se mostró, en cambio, mucho menos conforme con la gestión realizada hasta ahora. Ayer o seguró, en una conferencia en el club Siglo XXI -a la que no asistió ningún miembro de la ejecutiva federal-, que "en los congresos del PSOE se sabe cómo se entra, pero no cómo se sale". Entre otros elementos nuevos, agregó, en el 30º congreso "vamos a probar la eficacia de un elemento nuevo que son las corrientes". "Si en el seno de un partido no se admiten las discrepancias, se corre el riesgo de creación de nuevas nomenklaturas, y de invitar a quienes no estén de acuerdo a abandonar las filas de ese partido".

Castellano criticó la falta de soluciones registrada, hasta ahora, en el tema autonómico -en contraste evidente con la memoria de gestión, que asegura que el Gobierno socialista ha avanzado notablemente en este terreno-, así como las tesis "más social-liberales que socialdemócratas" expuestas por los oficialistas en sus ponencias: "por ejemplo, han quitado cualquier referencia a la democracia industrial", dijo.

También atacó las excesivas concesiones a los empresarios para facilitar la iniciativa privada, lo que no ha contribuído nada a la creación de los prometidos 800.000 nuevos puestos de trabajo. "A veces se favorece a los que no votaron al PSOE y se machaca a nuestro electorado", dijo, para añadir que, sin embargo, Izquierda Socialista mantendrá su apoyo al Gobierno salido de las elecciones del 28 de octubre de 1982.

Diversos dirigentes de Izquierda Socialista mantuvieron una polémica, tras el discurso de Castellano, con el diputado Luis Berenguer, representante, según calificación propia, del "ala más moderada" del partido socialista, quien calificó de "utopía arcaica" algunos de los postulados de Izquierda Socialista en general y los de política exterior en particular.

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