Thorn afirma que la entrada de España en la CEE está unida a su permanencia en la OTAN

El presidente de la Comisión de las Comunidades Europeas, Gaston Thorn, manifestó ayer que la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (CEE) y su permanencia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) constituyen cuestiones entrelazadas. Esta afirmación la realizó en un debate sostenido con el ex presidente del Gobierno español Leopoldo Calvo Sotelo, celebrado en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE, entidad que forma parte de la Universidad de Navarra), que fue clausurado por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Thorn afirmó literalmente que "la pertenencia de España a la OTAN es perfectamente coherente con la adhesión de España a la CEE", y, aún destacando que "no existen lazos formales entre una y otra", señaló que "la opinión pública europea sí liga ambos temas". En el coloquio desarrolló esta idea señalando que si bien en Francia y el Benelux no suele hacerse esta liaison, los alemanes e italianos valoran mucho la relación entre los aspectos políticos, económicos y defensivos. En su interpretación, los aspectos defensivos de la Europa futura son indesligables de los aspectos económicos. Esta opinión fue calurosamente subrayada por Leopoldo Calvo Sotelo, quien reiteró su opinión de que sería inconveniente salir de la OTAN, ante los aplausos entusiastas de los antiguos alumnos del IESE.Las afirmaciones de Thorn abonando la incorporación española al esquema europeo de defensa atlantista se enmarcaron en un balance personal de las aportaciones que España puede realizar en una Comunidad a doce. Estas aportaciones consisten, según el político luxemburgués, en la ampliación de mercados para las empresas europeas; el refuerzo de la estabilidad europea en el frente sudoeste europeo, que compense la aportación griega en el Mediterráneo oriental; y la consolidación de su papel geoestratégico en la política mundial. El presidente de la Comisión insistió en que la CEE no debe ser juzgada desde el punto de vista meramente mercantil: "la Comunidad", dijo, "no es una mera zona de libre cambio: es una verdadera unión de pueblos democráticos que apuntan a la unión política de nuestro continente".

Ventajas para España

Desde el punto de vista económico, Thorn recordó que la integración "no es para España, como algunos sugieren, un verdadero peligro, porque España es una verdadera potencia industrial y agrícola". Según su análisis, la adhesión supondrá para España la mejora de la renta de sus agricultores, y la internacionalización de su economía. "Los sectores que están en crisis en España, siderurgia, construcción naval o textil, son los mismos que están en crisis en toda Europa", subrayó, añadiendo que España no puede afrontar en solitario el reto de la modernización y el saneamiento de su economía, sino que tiene necesidad de insertarse en un mercado más amplio.

Los problemas más graves, señaló, radican en algunos productos agrícolas y en la pesca. En el campo agrícola, "la Comunidad teme el aumento de los excedentes", sobre todo en lo referente al aceite y al vino. "Un bloqueo sobre este último tema arriesga la prolongación de la negociación", explicó, reconociendo que la negociación se facilitará en cuanto los diez puedan alcanzar un acuerdo de fondo sobre estos asuntos. En lo referente a la pesca, Gaston Thorn recordó dos datos: la insuficiencia de recursos, por un lado, y el hecho de que la flota española supone los dos tercios de la actual flota comunitaria.

Pese a todos estos problemas, el representante comunitario refrendó la tesis de la simultaneidad de la adhesión de Portugal y España, tanto para evitar un continuo cambio en las estructuras de la CEE como para soslayar eventuales problemas políticos.

El ex presidente del Gobierno español y ex ministro para las Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, desarrolló una intervención genérica sobre la adhesión española a la Europa comunitaria, insistiendo en que en este reto subyace una confrontación de intereses y en que la integración exige una modernización de estructuras. Quizá la idea menos repetida fue la de que "no llegamos irremisiblemente tarde a las Comunidades", aunque éstas funcionen desde hace un cuarto de siglo.