La reconversión del Metro afectará a más de 1.000 empleados pero no supondrá despidos, según el presidente de la compañía
Entre 1.000 y 1.200 de los 6.500 trabajadores de la plantilla del ferrocarril metropolitano de Madrid se verán afectados por la reconversión que la compañía quiere realizar entre los años 1985-1989. La operación no supondrá pérdida de puestos de trabajo, según declaró ayer el presidente del Consejo de Intervención del Metro, Vicente García. Una parte de los trabajadores serán destinados presumiblemente a tareas de mantenimiento, reparación o limpieza, que ahora realizan contratas. Las orientaciones del plan de reconversión se han puesto ya en conocimiento de los sindicatos con representación en el comité de empresa, en el que CC OO tiene mayoría absoluta.
"En el documento que se entregó a los sindicatos", precisa García, "se establece que cada uno de los acuerdos parciales que alcancemos en la negociación que vamos a iniciar incluirá un compromiso expreso excluyendo cualquier fórmula de despido o regulación de empleo. Se indicará también que los empleados que no superen las pruebas de adaptación tecnológica no verán mermadas sus condiciones económicas".La reconversión del Metro pretende, según afirma Vicente García, "aumentar la productividad, mejorar el servicio y reducir el déficit de explotación". Con respecto a 1984 el déficit calculado del Metro, gastos financieros incluidos, se aproximará a 10.000 millones de pesetas. En los Presupuestos Generales del Estado para 1984 se destinó una subvención de 8.412 millones de pesetas para enjugar dicho déficit.
La decisión del Consejo de Intervención de la compañía de proceder a una reconversión se adoptó tras conocer un estudio según el cual alrededor de 1.000 trabajadores del ferrocarril metropolitano no están preparados para asumir las nuevas tareas que se derivan de la renovación de las instalaciones y sistemas de funcionamiento del servicio.
La renovación tecnológica", afirma García, "supone que se crean nuevas profesiones, quedan obsoletos algunos oficios y se reduce el número de empleados precisos para la realización concreta del servicio". En este sentido señala que, "dadas las medidas de seguridad automáticas introducidas en coches de cabecera", es irreversible la reducción de personal en los convoyes de todas las líneas por la implantación general de la fórmula del conductor único. Esta medida supone la supresión de los empleados encargados de puertas.
Centro de telemando
La puesta en marcha de un centro de telemando desde donde se centralizará el control de las subestaciones eléctricas", añade García, "supondrá que los dos empleados que en la actualidad hay en cada una de ellas sean destinados a otras funciones. Otro ejemplo de reducción de empleos se producirá cuando se introduzca el billete combinado, que supondrá una reducción sustancial del número de taquillas".
"El proceso de reconversión", estima el presidente del Consejo de Intervención del Metro, "obligará a reconducir a algunos empleados hacia otros cometidos más modernos, y los que no de seen ser reciclados o no superen las pruebas de adaptación tecnológica tendrán que dedicarse a otras tareas". El destino de estos últimos empleados está presumiblemente relacionado con el deseo de la Compañía Metroplitano de reasumir los servicios de mantenimiento, reparación y limpieza del Metro, que en la actualidad realizan empresas subcontratadas.
La recuperación de estos ser vicios", precisa García, "supondrá un ahorro económico para la Compañía, capaz de disminuir el déficit de explotación y mejorar los salarios de los trabajadores, que están por debajo de la media del sector de transportes". García asegura que en el plan de reconversión del metro no hay previstas jubilaciones anticipadas u otros mecanismos de reducción de plantilla.
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