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Cesados y expulsados del partido dos vicemistros de Energía soviéticos

Pilar Bonet

Dos viceministros del Departamento de Energía y Electrificación de la URSS han sido destituidos de sus cargos y expulsados del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) por sus implicaciones en un asunto de corrupción, falsificaciones de documentos y robos en la central hidroeléctrica de Brastsk (Siberia), una de las más importantes de la URSS.

El diario Pravda informaba ayer que los viceministros Pavel Falaleev y Arnold Stanislavov abusaron de su autoridad y aceptaron sobornos de funcionarios que trabajaban en la construcción de la central, situada sobre el río Angara, donde existe uno de los embalses mayores del mundo, con capacidad para 170.000 millones de metros cúbicos.

Los funcionarios implicados en el escándalo que ha llevado a la destitución de los viceministros se dedicaban a falsificar documentos, hinchar cuentas y robar la propiedad estatal, según la información que publicaba Pravda con el título A nadie le está permitido. El director del proyecto de construcción de la central, A. Zakopirin, fue expulsado del partido por su injerencia en las tareas de los órganos de control, ignorancia de las decisiones de los jueces en las causas por robo, despilfarro y violación de la disciplina.

El hecho de que el cese de los dos viceministros haya aparecido en la Prensa precisamente ahora tiene, en opinión de fuentes soviéticas, una finalidad ejemplar y de advertencia. Por una parte, se pretende indicar a los cuadros de gestión que la campaña contra la corrupción iniciada en los tiempos de Andropov va a continuar. Por otra se pretende revitalizar los órganos de control del partido.

Contra la corrupción

La semana pasada, el líder soviético, Konstantín Chernenko, se pronunció a favor de un aumento de las medidas contra la corrupción en un discurso ante los órganos de control del PCUS. La lucha contra la corrupción está ligada en la actualidad a un intento de incrementar la efectividad económica y mejorar la gestión. La preocupación por los robos generalizados contra la propiedad estatal había sido expresada el pasado agosto por el ministro del Interior, Vitali Fedorchuk, quien, entre otras cosas, citó entonces la especulación con combustible y los robos a trenes de mercancías. Entre los altos cargos víctimas de la campaña figuran, que se sepa, el ministro de la Limpieza del Algodón de Uzbekistán, Usmanov y el ministro de Producción de Carne de Moldavia. Ambos casos fueron recogidos el pasado verano por la Prensa local.

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Por otra parte, el director del Gastronom número uno, de Moscú, Yuri Sokolov, fue ejecutado por corrupción -cargo por el que había sido condenado en tiempos de Andropov- estando ya Chernenko en el puesto más alto del Kremlin. Medios soviéticos no intelectuales se muestran, sin embargo, escépticos sobre el alcance, en último extremo, de los intentos moralizadores si éstos no van acompañados de reformas económicas que hagan difícil o innecesario el tejido de prebendas y sobornos que lastra el funcionamiento de la economía soviética.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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