Los ceses, los bancos y otras conveniencias

Después de algún titubeo, la euforia hizo pleno acto de presencia en los mercados bursátiles de todo el Estado, sembrando nuevas cotas máximas con la misma alegría con que el padrino reparte calderilla en un bautizo. En esta ocasión, sin embargo, no se trataba de céntimos, sino de buenos duros de ganancia en casi todos los valores.Las razones de este nuevo tirón alcista estaban apuntadas desde hace varios días, aunque siempre surjen otras novedades que inciden positivamente. Los ya comentados se refieren, una vez más, a la inminente firma del acuerdo económico y social, así como al anuncio del tratamiento fiscal preferente para las inversiones en renta variable. Lo inesperado, y que la bolsa consideró como un buen síntoma, fue el relevo de los principales responsables del Instituto Nacional de Industria.

Los especialistas interpretan que este cambio -sólo puede responder a los deseos del Gobierno de acometer la última fase de la reconversión industrial -las reducciones de plantilla-, que es el aspecto más difícil y doloroso. La racionalización del empleo eli el sector público, por otra parte, es considerada por los inversores como algo necesario para elevar el nivel de beneficios y ofrecer un buen ejemplo a las empresas privadas.

La situación interna de la bolsa refleja esta mayor confianza y, al mismo tiempo, ha forzado a abandonar las prácticas bajistas de algunos operadores. No hay perspectivas de cambio de tendencia a corto plazo y todos los experimentos contrarios no han dado resultado. Eso no quiere decir que se puedan descartar ciertos reajustes en razón de las ganancias obtenidas en los últimos tiempos.

El comportamiento de los valores eléctricos es un buen exponente de esa afirmación. Mientras que en la sesión del martes se registraron unos leves recortes, las alzas fueron generales en la de ayer. Los títulos que han registrado las menores ganancias ayer serán aquellos que registrarán las mayores subidas hoy. Al rrienos ésa es la lección teórica.

Pero, sin duda alguna, los que están dando la nota son los bancos, esos elefantes dormidos que comienzan a corretear por la selva del parqué con cierta alegría. En esta coyuntura, los jefes de la tribu son Popular y Vizcaya, que obtuvieron ganancias de 10 y 9 enteros, respectivamente. Banesto, una de las entidades más conservadoras, también a nivel bursátil, se colocó en un tercer puesto ex aequo con Bilbao al subir otros cinco enteros.

Las demás entidades procuran no dejarse arrastrar por la melodía, ya que la proximidad de sus canjes de bonos no convierte a éste en el mejor momento para favorecer ciertas subidas. Aunque tampoco pudieron evitar sumarse a la movida ante un saldo por caja, para los siete mayores bancos, de 281.709 títulos a la compra.

La consolidación del negocio, por otra parte, es evidente, ya que los volúmenes de contratación superan los 2.000 millones de pesetas y la situación de subida libre permanece invariable. Que la Bolsa de Madrid pueda alcanzar el 160%, según apuntaba un análisis elaborado por una entidad financiera helvética en el pasado mes de mayo -y que entonces causó demasiadas sonrisas entre los operadores-, es una posibilidad cada vez más al alcance de la mano.