Acabado el tendido del nuevo ferrocarril transiberiano

El tendido del segundo ferrocarril transiberiano, que se extiende desde el lago Baikal hasta la costa del Pacífico (mar de Japón), a lo largo de 3.102 kilómetros de inhóspita tundra, ha quedado concluido un año antes de lo previsto, tras una década de intenso trabajo y enormes inversiones. Aunque, momentáneamente, la línea sólo puede ser utilizada a tramos, y pasarán todavía varios años hasta su completa electrificación, el proyecto supone un verdadero hito en la conquista de Siberia y su integración económica en la URSS.

Con gran despliegue, los periódicos soviéticos informaban ayer en su primera plana de la colocación de la última traviesa del ferrocarril Baikal-Amur (BAM) el pasado sábado, cuando los dos equipos de obreros ferroviarios que habían estado trabajando desde el este y el oeste de la línea, respectivamente, se encontraron en la estación de Balbukhta, en el kilómetro 867 de la ruta, y unieron las dos secciones de la misma.

El proyecto del siglo

El BAM ha sido denominado el proyecto del siglo, y su trazado discurre al norte (entre 150 y 480 kilómetros de distancia) del Transiberiano, construido antes de la revolución bolchevique. La línea del BAM une la ciudad de Ust-Kut, a 260 kilómetros al norte del lago Baikal (el más profundo del mundo) y la localidad de Komsomolsk, a 320 kilómetros del puerto de Sovietskaya Gavan, en el Pacífico. El proyecto se ha desarrollado desde finales del noveno hasta el undécimo (19811985) plan quinquenal; tiene su origen en una idea de los años treinta, durante los cuales habían sido realizados los tramos Tayshet-Ust-Kut, Kornsornolsk y Sovietskaya Gavan. El BAM abre gigantescas posibilidades para acceder y aprovechar los recursos minerales y forestales del norte y este de Siberia, una zona de medio millón de kilómetros cuadrados donde están puestas buena parte de las esperanzas de desarrollo económico de la URSS. Entre las reservas a las que dará acceso se encuentran depósitos de cobre, de mineral de hierro, carbón, metales raros como el titanio, el tungsteno y otros, mineral de aluminio, metales preciosos, gemas, fosfatos y grandes extensiones forestales.

Según la agencia soviética Tass, el BAM ampliará también el flujo de mercancías entre Europa occidental y el sureste asiático, y los puertos soviéticos del Pacífico, capaces ahora de recibir 200.000 contenedores anuales, tendrán que ampliarse para hacer frente al incremento del tráfico.

En el tendido del BAM han participado decenas de miles de voluntarios pertenecientes al Komsomol, organización juvenil del partido. Su trabajo, realizado en duras condiciones climáticas, ha sido exaltado en tono de gesta desde las instancias oficiales. Numerosas dificultades han rodeado la construcción del ferrocarril, que discurre por terrenos pantanosos en verano y helados en invierno sobre un subsuelo de permafrost (hielo permariente) que presenta enormes problemas; de cara al levantamiento de cimientos.

El fin de la construcción de la línea férrea supone, sin embargo, sólo un tercio del proyecto global, que incluye la creación de industrias, fábricas y asentamien.tos urbanos en unos territorios que hasta ahora resultaban prácticamente inaccesibles.