_
_
_
_

Alegres estocadas

El maravilloso novelón de capa y espada, original de Alejandro Dumas, Los tres mosqueteros, ha sido mimado por el cine. Aparte de la mediana película de Richard Lester, de varias series recientes de televisión y de algunas versiones europeas, y además de la norteamericana de Edison, procedentes de la época arcaica del cine y poco conocidas en su condición de reliquias, hay tres versiones realizadas en Hollywood que merecen recordarse porque preparan el terreno para una cuarta versión, la mejor de todas, que George Sidney realizó para la Metro Goldwyn Mayer en 1948 y que la televisión emite hoy.

Tres versiones

La primera de estas tres versiones es de Fred Niblo, legendario director pionero y sombra del espectacular y acrobático Douglas Fairbanks, que hizo un alegre y dentífrico D'Artagnan. Se trata de un filme algo, lejano, pero que contiene trepidantes juegos circenses que ayudaron a la composición de algunas escenas de la versión de Sidney. La segunda, muy diferente, es la de Rowland V. Lee en 1936, con un sobrio D'Artagnan a cargo de Walter Abel, que estilísticamente está escorada hacia el westem clásico. De este filme Sidney aprendió cómo enfocar ¿le manera sintética la complicada historia de Dumas. Finalmente, hay una versión, en comedia musical, realizada en 1939-por Allan Dwan, con Don Ameche en un D'Artagnan que responde exactamente al título literal del filme: El mosquetero cantarín.

Los tres filmes confluyen con facilidad en la divertida y luminosa versión de George Sidney. La fácil síntesis del complicadísimo argumento, el desmelenado juego de esgrima con aires de ejercicio de circo y la estructura musical -sin música- de muchas escenas hacen de Los tres mosqueteros de Sidney un modelo en su género, que paradójicamente es un género urdido con retales muy hábilmente combinados de otros: capa y espada, comedia musical, western, aventura exótica y melodrama. Todo ello está mezclado en esta versión de Los tres mosqueteros en un cóctel con sabor propio y probablemente irrepetible, porque en él confluyen factores quizá no enteramente casuales, pero sí difícilmente repetibles. La película, 35, años después de realizada, está tocada de gracia, derrocha luz y ritmo y es una especie de trepidante pesadilla optimista. Esperemos -pues es importante para percibir la gracia del filme- que la copia que TVE emita no esté deteriorada.

Sin dar un solo paso de danza, Gene Kelly baila literalmente su D'Artagnan y reparte alegres estocadas a diestro y siniestro contra los negros sicarios de un Richelieu a cargo del maravilloso lúgubre Vincent Price, todo un malo de película como mandan los cánones, que ni la supermalísima Milady De Winter, interpretada por Lana Turner, logra eclipsar.

Insuperables 'buenos'

Al otro lado de la barricada hay una serie de insuperables buenos, encabezados, con KellyD'Artagnan, por un memorable Athos de Van Heflin, por un noble bruto Porthos interpretado con ironía por Gig Young, por un ingenuo Aramis a cargo de Robert Coote, por un Planchet de aldea del Oeste interpretado por Keenan Wynn, por un buenazo rey Luis XIII de Frank Morgan, por una adorable reina Ana de Ángela Landsbury, por un perfecto Duque de Buckingham compuesto por John Sutton en gomoso galán de época y por una Constanza de miel pura a cargo de June Allyson. Con tal ejército de buenos la suerte de la aventura está echada. La película se devora con una especie de agradecida sonrisa permanente. Luz, vértigo, humor, alegría, música sin notas y desmelenamiento continuo hacen de ella una pequeña joya del cine considerado como gozo.Los tres mosqueteros se emite hoy a las 22.30 horas por la primera cadena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_