Misterioso secuestro en Lisboa de un colaborador de la 'banquera del pueblo'
Ernesto Cordeiro, -colaborador de María Branca dos Santos -la banquera del pueblo portuguesa-, y su esposa, Gizela, fueron raptados en la noche del jueves en la localidad de Oeiras, a unos 15 kilómetros de Lisboa. Horas después, Gizela era liberada con señales de golpes en la cabeza 3, la cara, revelando que los secuestradores exigían un rescate de 2,0 millones de escudos (30 millones de pesetas) y amenazaban con matar al rehén si esta suma no era entregada antes de las 9.30 horas del viernes.Ernesto Cordeiro, hijastro de Branca dos Santos, apareció liberado en la tarde de ayer cerca de la ciudad de Sintra, a 10 kilómetros del lugar del secuestro. La policía no ha revelado si los secuestradores han cobrado el rescate.
Con este rocambolesco episodio la historia de Branca dos Santos entró de lleno en el más puro estilo de las películas de policías y ladrones, elevando la emoción con que la opinión pública portuguesa sigue las peripecias del caso que mantiene en jaque hace meses a las autoridades de Lisboa.
Elementos de la Brigada Especial de Lucha contra el Bandidaje se presentaron ayer por la mañana en la casa de Branca dos Santos -en Sao Joao da Caparica, en la orilla izquierda de Tajo, cerca de Lisboa-, donde se había refugiado Gizela después de su liberación, llevándose a ésta a la sede de la policía. A su vez, Branca dos Santos y dos personas que la acompañaban fueron detenidas en un consultorio médico de Lisboa y liberadas después de haber sido interrogadas, sin que la policía portuguesa revelera si estas detenciones estaban relacionadas con el rapto o con alguna otra querella contra la banquera del pueblo.
Según los colaboradores de Branca dos Santos que se encuentran reunidos en Sao Joao da Caprica, la banquera, que había anunciado el día anterior una nueva suspensión de los pagos de intereses del diez por ciento al mes a sus numerosos acreedores a partir del 1 de octubre, ausentándose para descansar en el sur de Portugal, regresó precipitadamente a Lisboa para tratar de reunir el dinero exigido por los secuestradores. La policía sospecha que se trata de un autosecuestro o de una maquinación para eludir las responsabilidades de la quiebra de la organización.
En efecto, Ernesto Cordeiro y su mujer habían viajado a Oeiras para participar en una reunión de negocios con otras personas no identificadas. Un testigo avisó a la policía de que una mujer que pedía socorro había sido secuestrada por individuos que: circulaban en dos coches, un Renault 5 rojo y un Datsun blanco.
Esta es, de momento, la única base de la intervención policial, ya que el secuestro no fue denunciado ni por la familia ni por la mujer de Cordeiro -entre tanto liberada-, que se niega a prestar declaración a la policía alegando que la vida de su marido está en juego.
El 24 de septiembre, y después de una interrupción de cerca de dos meses, Branca dos Santos había retomado sus actividades y liquidado los intereses vencidos a decenas de prestamistas, consiguiendo una importante victoria psicológica con éste aparente desmentido a los rumores de quiebra de la misteriosa organización.
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