El Hospital Penitenciario, listo para recibir a los tres activistas

El Hospital General Penitenciario de Madrid se encuentra desde la tarde de ayer preparado para recibir a los tres etarras cuyas extradiciones han sido concedidas por Francia. El Gobierno español conocía la decisión de las autoridades francesas de entregar a tres etarras y de expulsar a otros cuatro a la República de Togo varias horas antes de que el portavoz del primer ministro francés, Laurent Fabius, hiciera pública la decisión.

En principio, los etarras cuyas extradiciones se han concedido -Francisco Javier Lujambio-Galdeano, José Manuel Martínez Beiztegui y José Carlos García Ramírez- serán trasladados, dado su estado de salud, al Hospital General Penitenciario, en Madrid.

Los responsables de este centro sanitario han sido advertidos por las autoridades del Ministerio de Justicia de la inminente llegada de los tres pacientes procedentes de Francia. Su estado de salud es precario, ya que se encuentran sumamente debilitados por los 45 días en que han permanecido en huelga de hambre y sed, y requieren "un urgente reconocimiento médico y todo tipo de cuidados sanitarios".

Contactos con París

La decisión de las autoridades francesas no le cogió de sorpresa al Gobierno español, ya que durante este fin de semana han existido contactos en este sentido entre París y Madrid. El primer ministro francés, Laurent Fabius, se puso en contacto telefónico a media mañana de ayer con su homólogo español, Felipe González, a quien comunicó, ya de manera oficial, la posición del Gabinete.Tras esta comunicación entre Laurent Fabius y Felipe González, desde el palacio de la Moncloa fueron informados los ministros de Interior y de Justicia, José Barrionuevo y Fernando Ledesma, respectivamente, a quienes se les encomendó la puesta en marcha de los diferentes mecanismos, tanto de seguridad como penitenciarios, para recibir en Madrid a los tres etarras.

Las primeras reacciones gubernamentales en Madrid fueron de satisfacción, a la vez que se valoraba como "valiente e importante" el paso dado por el Gobierno de París.

La pasada semana se hizo pública la decisión del Tribunal de Casación de París que confirmaba el dictamen judicial en favor de la extradición de los siete etarras, y se conoció por los contactos entre Madrid y París la posible resolución favorable del Gobierno a enviar a España algunos de estos etarras.

En vista de esto, según un alto funcionario del Ministerio del Interior informó a este periódico, el pasado fin de semana la Dirección de la Seguridad del Estado diseñó un plan policial, "ante una inminente decisión francesa".

Según este plan, en pocos rninutos se garantizaría la seguridad del traslado de los tres presuntos etarrasdesde un aeropuerto civil o militar de Madrid (Barajas o Getafe), donde serían entregados a las autoridades españolas, a la prisión, en este caso el Hospital General Penitenciario de la capital.

La posterior aceptación por parte del Consejo de Estado francés, máximo tribunal administrativo, de aceptar un último recurso de los abogados de los etarras -lo que quizás demore la entrega de los tres expulsados- no varía ninguno de los planes previstos por Madrid, según fuentes gubernamentales.

Desde el Ministerio del Inte,rior se ha alertado a los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado ante la sospecha de que ETA Militar "reaccione violentamente" ante la decisión del Ejecutivo francés.

Una respuesta violenta

Según fuentes policiales, la Dirección de la Seguridad del Estado no descarta que ETA Militar responda violentamente a esta decisión y proyecte una cadena de atentados contra intereses franceses en España o una acción criminal "de dimensiones incalculables", bien en Madrid o ,en alguna de las provincias vascas, para intentar llamar la atención y, tratar de demostrar que no se encuentra "debilitada".Estas mismas fuentes precisaron que las autoridades francesas han sido también alertadas ante la posibilidad de que la organización terrorista elija aquel país como blanco de su terrorismo, intentado así responder "sobre el terreno" a la decisión del Gobierno de París.

Esto último enlazaba con ciertas informaciones, procedentes del sur de Francia y transmitidas al Ministerio del Interior espaflol, de que se estaba produciendo "una desbandada de refugiados vascos" a consecuencia de la divulgación por las emisoras de radio francesas de la decisión del Gabinete de Fabius.

La decisión del Gobierno francés se determiné después de obtener París "las garantías suficientes" del Gobierno español de que los etarras no recibirían, ya en Madrid, ningún trato discriminatorio y de que su entrega se haría de «justicia a justicia", tal como lo disponen para este tipo de casos los tratados internacionales en materia de extradición.

La sección francesa de Amnistía Internacional ha intercedido a favor de los etarras y, al parecer, ha conseguido que, una vez entregados a España, puedan elegir libremente a sus abogados, aunque sean extranjeros, y que cuando se produzcan los respectivos juicios puedan asistir a ellos observadores de otros países.

Un alto funcionario del Ministerio del Interior manifestó que estas observaciones francesas son normales y no han precisado ningún tipo de negociación especial, ya que se consideran "lógicas" en Estados democráticos como España.