Interceptado un autobús cuyos pasajeros escondían droga en sus cuerpos
Un autobús cargado con 51 pasajeros, 45 mujeres y 6 hombres, fue interceptado a última hora de la tarde del miércoles por fuerzas de la brigada antidroga de la Guardia Civil a la altura de la barriada sevillana de Bellavista. En el momento de la detención los pasajeros intentaron desembarazarse de la droga que portaban, la mayoría de ella en el recto o en la vagina, modalidad denominada culera en el argot de los traficantes de droga. La cantidad de droga incautada es de 18 kilos de hachís, por valor de 38 millones de pesetas.
Los detenidos fueron inmedia tamente puestos a disposición judicial, y posteriormente algunos quedaron en libertad provisional una vez que hubieron satisfecho las 50.000 pesetas de fianza. El autobús fue contratado especialmente para la excursión a una empresa sevillana dedicada al alquiler de autocares. Los viajeros, de edades comprendidas entre los 17 y 55 años, eran en un alto porcentaje de raza gitana, y, la mayoría poseía antecedentes penales precisamente por las mismas causas por las que habían pasa do a disposición judicial.
Hacía tiempo que no se descubría un alijo de estas características, toda vez que el año pasado entró en funcionamiento en la aduana de Algeciras un dispositivo de rayos X para evitar precisamente: esta modalidad de tráfico de estupefacientes. Precisamente coincidiendo con la puesta en marcha de este servicio, la venta de billetes para los transbordadores que habitualmente cubren la ruta entre Algeciras y Ceuta descendía en unos 500 billetes diarios.
Paralelamente, el tráfico de hachís que habitualmente pasaba por Algeciras se derivaba por otros puntos, especialinente Málaga y Almería, que no contaban con los mismos medios técnicos que la brigada antidroga de Algeciras.
Según fuentes de la Guardia Civil, la razón por la que aún no se ha erradicado el sistema de tráfico de droga referido es la presentación por muchas de las mujeres que han de pasar por la aduana de un falso documento que certifica el embarazo y, por tanto, la no conveniencia a la exposición a radiaciones. La única alternativa al control de rayos X en estos casos es la exploración vaginal de las embarazadas, procedimiento no tan rápido y efectivo como el primero.
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