Reconciliación Bilbao-Barcelona en el aire (y sin pasar por Madrid)
La reconciliación entre el Barcelona y el Athlétic, pendiente desde la última final de Copa, siguió anoche el camino más adecuado a la circunstancia: por el aire, y sin pasar por Madrid. Sólo merced a la colaboración de la televisión francesa, en efecto, pudieron ayer presenciar los aficionados vascos las imágenes tomadas en el Camp Nou por la televisión catalana del partido de homenaje a Olmo y Artola. La verdadera reconciliación tuvo lugar sobre terreno neutral y a la altura por la que discurren las ondas hercianas.Euskal Telebista (ETB) sólo recurrió a la fórmula francesa tras fracasar en su intento de convencer a los responsables de TVE para que cediera ésta su red auxiliar. El director general argumentó su negativa afirmando que dicha red era imprescindible ante la eventualidad de una avería en el sistema normal de repetidores de las cadenas nacionales. Fuentes de ETB aseguraron ayer que ese problema hubiera tenido fácil solución en una mesa de negociación de haber mostrado TVE mayor disposición al diálogo, y adelantaron que no hubiera habido inconveniente en firmar un compromiso en virtud del cual se hubiera interrumpido la emisión autonómica en caso de avería.
La reconciliación pendiente era únicamente la de las aficiones respectivas. Los jugadores que ofrecieron en mayo aquel espectáculo de kung-fu lo tienen superado hace tiempo. Ambas plantillas coincidieron el pasado día 27 en el aeropuerto de Jerez, tras su participación en el Carranza, y el ambiente de concordia recordaba al que se adivina tras los rótulos de crédito cuando finalizan algunos debates del programa La clave: sonrisas de complicidad y palmaditas en la espalda de quienes un minuto antes parecían irreconciliables.
Claro que entre la final de Copa y el Carranza había ocurrido un hecho trascendental: el traspaso de Maradona al Nápoles. Sólo ahora aparece con claridad el verdadero significado de tal operación. Frustrados por un nuevo título de Liga perdido -tras haber rozado el infinito con los dedos en la última jornada-, y asustados por los efectos de la violencia mimética desatada en la final de Copa, los barcelonistas necesitaban un buen chivo expiatorio. El mejor jugador del mundo, en opinión de Cysterpiller, fue elegido como víctima propiciatoria y alejado de la tribu. Eliminada así la causa del mal, la reconciliación fue universal.
La negativa a colaborar por parte de TVE dio a los contendientes la ocasión de zanjar la rivalidad residual entre las hinchadas. Así las cosas, lo de menos fue que la imagen quedara cortada desde el minuto 15 del partido.
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