Emigrantes sorianos vuelven al pueblo que dejaron hace 20 años
Sarnago, al igual que ocurre con numerosos pueblos de la provincia de Soria, se encuentra deshabitado desde hace casi 20 años. A finales de la década de los años cincuenta y comienzos de los sesenta los escasos vecinos con que contaba esta pequeña población -distante unos 45 kilómetros de Soria capital y enclavada en plena sierra- comenzaron a abandonar ésta por muy diferentes razones.Principalmente se fueron a Vizcaya, Navarra, Madrid, Cádiz, Zaragoza y Barcelona. Los mayores se quedaron solos, pero al final sucumbieron a la tentación de la ciudad y también se marcharon. El pueblo quedó vacío.
Conforme fueron pasando los años -y a la vez que Icona realizaba una importante plantación de pinos en la zona, pues el terreno es muy apto para ello-, parte de las casas de Sarnago se fueron cayendo y la hierba y la maleza se apoderó de las calles. Una de las dos fuentes que abastecían de agua al pueblo se secó, en tanto que las paredes de la vieja iglesia y el cementerio se fueron resquebrajando... Pero esta situación de ruina y desolación, que llegó incluso hasta la iglesia, que vio desaparecer sus retablos, cuadros, candelabros e incluso hasta la entrañable figura de la Virgen del Monte, comenzó a cambiar cuando algunos ex vecinos acudieron a veranear al pueblo, al tiempo que empezaron a restaurar sus viejas casas. Poco a poco este número de personas fue incrementándose. Al principio, tímidamente en los veranos, y después con mayor fuerza, aprovechando cualquier fin de semana.
A la vista de este aumento, un grupo de ex vecinos decidió fundar la Asociación Amigos de Sarnago, con el único propósito de "trabajar en bien de los valores ecológicos, históricos y culturales del pueblo hasta lograr que Sarnago vuelva a tener vida humana permanentemente". Desde el 24 de agosto de 1980, en que se Creó la asociación, que actualmente cuenta con cerca de un centenar de socios, ésta ha trabajado para conservar los valores urbanos y paisajísticos de Sarnago, en el arreglo de calles y sobre todo en la traída del agua al pueblo, así como en la instalación del alumbrado eléctrico en las casas, servicio que al final se ha conseguido.
Está pendiente todavía la solución al problema del agua, ya que la única fuente con que cuenta actualmente el pueblo ve disminuir conforme pasa el tiempo su caudal, debido al lamentable estado en que se encuentra la réd de cañerías que la conducen desde el nacedero y cuyo arreglo se estima costaría alrededor de millón y medio de pesetas.
Pero además la asociación, al igual que ha sucedido desde 1980, ha sido la entidad organizadora de la casi totalidad de los actos que se celebran en Sarnago a lo largo del verano, entre los cuales se encuentran las fiestas patronales (que congregaron en el pueblo a más de 300 personas, algo que no se había visto en muchísimos años), así como una semana de cine.
Participación total
Y una vez más, este verano el pueblo, vacío durante buena parte del año, ha visto llenarse sus calles de gente y alzarse el mayo por encima de los tejados, y ha sido testigo mudo del paso de la procesión con San Bartolomé, mozas mondidas y mozo del ramo, con ocasión de las fiestas patronales.El origen de estas fiestas, ahora recuperadas y en cuyo desarrollo colaboran todas las personas que en esos días se encuentran en el pueblo, es difícil de situar en el tiempo, pues nadie se acuerda, ni tampoco hay constancia escrita que se sepa, de cómo y cuándo comenzaron las mismas. Lo único que se conoce a éiencia cierta es el hecho histórico en el que se basan: la derrota de los moros por el rey Ramiro I.
Las mozas mondidas representan a las doncellas que tras la victoria del monarca castellano se vieron libres del compromiso de ser entregadas como tributo al rey moro, como sucedía todos los años.
Cada una de las tres mozas, ataviadas con el traje típico, lleva sobre su cabeza la mondida, especie de cestillo adornado con puntillas y flores y que constituye la base de un cono elaborado pacientemente con multitud de cintas de colores unidas en el vértice y del cual parte un ramo de rosas. Las mozas mondidas serán las en cargadas de recitar sendos discursos -con textos alusivos a la problemática del pueblo- desde la ventana del ayuntamiento. Minutos antes, y precisamente por esa misma ventana, el mozo del ramo habrá introducido, comenzando por la copa y terminando por el tronco, un árbol de tres ramas, adornado con rosas, roscos de pan y mantones.
Pero éstos, aunque son los actos más importantes, no son los únicos que se realizan a lo largo del verano en este pueblo deshabitado .
Una semana de cine, proyección de diapositivas y diversos cortos sobre Sarnago, baile, excursiones, amén de otras actividades de índole gástronómica -comidas populares, chocolatadas, etcétera- o deportiva, constituyen otra buena parte de los esfuerzos de las gentes de este pueblo, empeñadas en que Sarnago vuelva a ser de nuevo un pueblo vivo.
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