Bélgica afirma que el 'Mont-Louis' transportaba uranio enriquecido

Una nueva confusión en torno al contenido del carguero francés Mont-Loids, que naufragó el sábado tras chocar con un transbordador alemán cerca de la costa belga, surgió ayer, cuando Firmin Aerts, secretario belga para el Medio Ambiente, afirmó que el buque transportaba hexafluoruro de uranio enriquecido en proporciones que según la Convención de París se consideran peligrosas. Esta declaración provocó un mentís casi inmediato de los portavoces franceses.

Según el responsable belga, tres de los 30 barriles transportados por el carguero francés naufragado contienen hexafluoruro de uranio ya enriquecido al 1 % en el centro de proceso de residuos de La Hague (Francia). Los barriles en cuestión eran enviados a la Unión Soviética para ser sometidos a un nuevo proceso de enriquecimiento.La propia Compagnie Générale Maritime (COGEMA), sociedad francesa armadora del buque Mont-Luis y propietaria de parte de la carga, reconoció en su mentís que, si contuviera hexafluoruro de uranio enriquecido al 1% o más, la carga del buque siniestrado tendría que haber sido asegurada de acuerdo con la reglamentación definida en la Convención de París para el transporte de materias peligrosas.

La sociedad francesa replicó, al mismo tiempo, que tres de los barriles transportados por el Mont Louis contienen, efectivamente, hexafluoruro de uranio ligeramente enriquecido, pero sólo en una tasa del 0,7% al 0,75%, según la empresa. Los otros 27 barriles contienen hexafluoruro de uranio enriquecido en proporciones más débiles todavía, afirma COGEMA.

Expertos españoles en la materia entienden que para enriquecimientos inferiores al 10% en U-235, los riesgos químicos del hexafluoruro de uranio son más importantes que los nucleares. Por su parte, el belga Firmin Aerts no desmintió en ningún momento su afirmación primera sobre el grado de enriquecimiento de los tres barriles más radiactivos, pero sí trató de quitar importancia al dato que había revelado, e incluso se declaró más preocupado por la marea negra que el combustible del Mont Louis puede provocar en las costas belgas.

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