_
_
_
_
Gente

Rosa Visser,

una ciudadana de San Francisco de 33 años, ha sido víctima de un robo que la ha desppjado de algo tan privado como un brazo ortopédico. Inválida del brazo derecho, Rosa Visser nunca pensó que su brazo artificial fuera un objeto de fascinación para los ladrones o que pudiera alcanzar un valor económico al margen de su funcionalidad. Aunque es probable que los autores del asalto a su domicilio sospecharan que el brazo ortopédico, por el que Visser había pagado 9.000 dólares (casi millón y medio de pesetas), era un botín más sustancioso que los 600 dólares en joyas que también sustrajeron de la vivienda. En cualquier caso, la reacción de Rosa Visser parece lógica: "No entiendo cómo una persona que presumiblemente tiene dos brazos puede apropiarse de uno ajeno".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_