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Cierra por quiebra el diario controlado por la socialdemocracia sueca

Con la edición de hoy desaparece el diario socialdemócrata sueco Stockholms Tidningen (El Diario de Estocolmo) por cuya responsabilidad financiera respondía la central sindical LO y el Partido Socialdemócrata, actualmente en el Gobierno. La decisión de los propietarios de declararse en quiebra, precipitó la desaparición del diario ante la imposibilidad, según se adujo, de seguir asumiendo las pérdidas que ocasionaban.Si bien esta situación deficitaria, que en mayor o menor grado afecta a gran parte de las publicaciones suecas pese al apoyo estatal, no era un secreto, fue esta semana cuando la crítica situación del diario pasó a dominio público y se anunció su inminente desaparición. Curiosamente, esta información no provino del propio diarío, sino del Dagens Nyhter, el matutino sueco de Mayor circulación. Los trabajadores de Stockholms Tidningen se enteraron por la ra dio, que se hizo eco de la noticia, que su diario y con él su fuente de trabajo estaban condenados a muy corto plazo.

Aspectos económicos y políticos

Hay en la decisión aspectos económicos y políticos. En el primero, la opción de la quiebra significa declinar responsabilidades financieras, tanto frente al personal como frente a los acreedores, que automáticamente son transferidas al Estado. 'Políticamente significa también una derrota para el partido del Gobierno de Suecia. El propio redactor jefe del diario Svenn Andersson, califica el hecho de "tontería política, cuyas consecuencias se verán en las elecciones del año próximo". Este pronóstico no es compartido por el investigador de la Prensa Lennart Weibull, de la universidad de Gotemburgo, que opina que el cierre del diario, con 30.000 suscriptores, de los cuales apenas 20.000 son socialdemócratas convencidos, tendrá efectos limitados.

La derecha sueca, por su parte, que cuenta con el respaldo de los dos mayores diarios del país, Dagen Nyheter y Svenska Dagbladet, no ha perdido el tiempo en explotar políticamente al máximo este fracaso. Ambos diarios, bajo la apariencia de objetividad y respeto a la pluralidad de opiniones, han realizado una sistemática campaña contra la política del Gobierno socialdemócrata, y particularmente contra la figura política del primer ministro, Olof Palme. Todo indica que ahora aprovecharán al máximo, quizá con más fundamento que en oportunidades anteriores, este episodio.

De formato tabloide y con una atractiva presentación, el diario socialdemócrata, que había tenido una primera época con el mismo nombre y con difusión nacional que terminó también en una quiebra en 1966, había reaparecido hace unos tres años, como matutino de circulación restringida, en la ciudad de Estocolmo y poblaciones cercanas. Debió Competir con dos diarios de sólida implantación y, especialmente, el conservador Svenska Dagbladet, de alta calidad periodística, con el agravante de que, y en esto Suecia no es una excepción, la preferencia de los lectores no siempre coincide con sus opciones políticas.

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