El 'mea culpa' de Núñez

(...) Hoy el equipo profesional de fútbol del Barcelona es uno de los mejores pianistas -léase la palabra en el noble sentido de distraer, animar y aun conmover al público- que existen en nuestra geograria sentimental: porque hay una geograria del corazón que va ligada a la del deporte, y acabaremos descubriendo que su estudio ya no corresponde a la premura de los cronistas deportivos, sino al minucioso quehacer de los poetas. Pues bien, ese corazón del Barcelona -al margen y por encima de su estilo deportivo- es en muchos campos de España vituperado y puesto en solfa de griteríos vespertinos. Madrid, Bilbao y ahora Mallorca son ejemplos dignos de las enciclopedias. El equipo -un pianista al fin y al cabo de elevada clase- carga con las andanadas sin culpa alguna, aunque algún culpable -se señalaba- debía haber. Y ah.pra ese culpable ha aparecido, se ha presentado espontáneamente ante el gran jurado del público. Josep Lluís Núñez acaba de decirlo: "Soy yo"."No volveré a viajar, con el equipo". "En los encuentros en que el Barcelona juegue fuera, me quedaré en casa", han sido algunas de sus frases. El presidente -del Barcelona, hombre dado a la sinceridad, a la emoción y algunas veces a la lágrima urbana, acaba de reconocer que a él son atribuibles los desplantes y los abucheos dedicados al equipo. Él es su problema.

Parece reconocer el señor Núñez, en una intuitiva reflexión de pretemporada, que la desaparición de su persona puede dar lugar a la aparición de la concordia y de una discreción que es la más difícil y cara virtud de los hombres de mundo. La consecuencia que ha obtenido el señor Núñez es que debe quedarse en casa, y la conclusión no menos lógica que obtendrán muchos seguidores del Barcelona es que los problemas desaparecerían del todo si el señor Núñez se quedara en casa definitivamente. (...)

21 de agosto