Pudo oírse a Rossell
Marina Rossell fue la protagonista del espacio Autorretrato que Televisión española ofreció el pasado domingo por la primera cadena, realizado por Mercè Vilaret a partir de un guión de la escritora Montserrat Roig. El especial se convirtió en una suerte de plataforma vindicativa en la que la ya deslucida fantasía feminista no dejó de resucitar su miedo a volar (coincidieron cuatro nombres de la lista de famosal catalanas).Vindicativa por el supuesto nacional y lingüístico,, respetándose el repetidísimas veces exigido -por Marina Rossell- derecho a cantar en la propia lengua catalana. Y funcionó correctamente el sistema de subtítulos, sin duda porque fue realizado desde los estudios que TVE posee en Sant Cugat.
Los autores del espacio no quisieron caer en el politicismo y buscaron ofrecer una imagen que ahora se llama ecológica y que antes se denominaba bucólica. La cantante la sigue dando bien a pesar del cambio de calificativo.
Para construirla se utilizaron dos cosas: una selección de canciones adecuada, y reiteración de filmaciones sobre el mar y la campiña del Baix Penedès natal de Marina Rossell, rematada, muy bien por cierto, con un paseo de la cantante mordisqueando una manzana. Su bien timbrada voz hizo el resto.
El retrato, las anotaciones biográficas, tuvieron dos partes: una, destinada a presentar al gran público a una excelente cantante, muy conocida ya en, las áreas de lengua catalana, menos en el resto; la otra parte intentaba casar contenido y continente. La primera resultó bastante lograda. Se habría conseguido con Marina Rossell apareciendo en cualquier otro espacio, con sólo ofrecerle una guitarra y tiempo para mostrar su voz.
La imagen no estuvo a la altura. Tanto mar llegó a cansar; una furgoneta paseando por la Diagonal de Barcelona mereció demasiados planos; algunas canciones se ofrecieron desde un recinto almibarado que Marina no merecía.
Sin embargo, espacios como éste muestran un notable cambio de sensibilidad en Televisión española respecto a las demás lenguas hispanas. Ahora no es óbice el que canten en catalán, aunque siga pareciendo obligada la subtitulación. Eso se ha ganado, las canciones de las películas musicales inglesas también han empezado a ser subtituladas. En cambio, parece que los españoles de todas las comunidades autónomas no tienen ninguna dificultad con los idiomas que aparecen en otros espacios. Deben entender perfectamente los vídeoclips de Eltan John o de Michael Jackson.
Con todo, esta biografía musical se podía ver y, sobre todo, se podía escuchar. Y eso siempre es de agradecer.
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