15.000 víctimas de la violencia política en cuatro años, según el Gobierno ugandés

El ministro de Información del Gobierno de Kampala, David Anyoti, aseguró el pasado domingo que 15.000 personas han resultado muertas como consecuencia de la violencia política y tribal en Uganda en los cuatro años transcurridos desde que el actual presidente, Milton Obote, retornó al poder.

A comienzos del presente mes de agosto, Elliot Abrams, secretario de Estado adjunto para los Derechos Humanos de Estados Unidos, manifestó en varias entrevistas de Prensa y en sus testimonios ante comisiones del Congreso que, desde 1981, más de 100.000 ugandeses han sido muertos como consecuencia de la acción militar, la mayor parte de ellas en los últimos meses.

Según Abrams, la situación en Uganda es ahora comparable a la existente en los años setenta, cuando decenas de miles de personas fueron torturadas y asesinadas por las fuerzas de seguridad durante la dictadura de Idi Amin Dadá.

El arzobispo católico de Kampala, Emmanuel Nsubuga, afirmó la semana pasada en Boston que 80.000 personas se encontraban detenidas en todo el país sin que se hubieran formulado cargos contra ellas.

El ministro ugandés de Información, que calificó de exageradas las cifras dadas por Abrams, dijo que las detenciones "por actividades políticas antigubernamentales" eran tan sólo 14.020, y que si bien era cierto que muchos de ellos no estaban procesados formalmente, se debía a la incapacidad del poder judicial para sacar adelante el gran caudal de trabajo que ello supone.

Anyoti aseguró que los responsables de las muertes han sido tanto los soldados del Ejército regular como los rebeldes antigubernamentales, y aclaró que, si bien nunca ha sido política del Gobierno la muerte de civiles, ha habido ocasiones en que la falta de disciplina en algunas unidades militares ha provocado excesos y muertes arbitrarias.