Los contrabandistas huidos a Portugal afirman que los "grandes jefes" operan aún en Galicia
Los contrabandistas gallegos huidos a Portugal afirman que ellos eran un eslabón más en la amplia cadena del contrabando y que "los grandes jefes continúan trabajando en Galicia como en las mejores épocas, mientras sólo han ido a por los pequeños". Así lo han manifestado a un enviado especial de EL PAIS en su refugio, situado a siete kilómetros de Valença do Minho, localidad fronteriza portuguesa situada en la desembocadura del Miño. Estos contrabandistas, contra quienes la justicia española ha dictado órdenes de busca y captura, han negado rotundamente que sigan organizando operaciones de contrabando de tabaco rubio desde Portugal, como han afirmado fuentes oficiales: "Sería absurdo por nuestra parte, puesto que estamos advertidos y controlados por las autoridades portuguesas".
Actualmente viven en Portugal nueve contrabandistas que lograron pasar la frontera a primeros de diciembre de 1983, cuando comenzaron las detenciones de contrabandistas y las aprehensiones de alijos dirigidas Por el Gobierno Civil de Pontevedra. Cuatro de ellos viven en un parador situado a siete kilómetros de la localidad fronteriza de Valenga do Minho, y los otros cinco, repartidos en pueblos próximos a Viana do Castelo, población situada a 50 kilómetros de la frontera. Los cuatro primeros viven solos y sus familias les visitan los finesde semana, mientras que algunos de los restantes compraron o alquilaron apartamentos para poder trasladar a sus familias a Portugal.
Evasión de divisas
Los contrabandistas afirman en su defensa que no se han entregado a las autoridades españolas ante el temor de "ser encarceládos largo tiempo, mezclándonos con asesinos y sin si,quiera ser escuchados, como ocurrió con las detenciones de diciembre de 1983, cuando a muchos les fueron a buscar de madrugada a casa, como en la dictadura, cuando nos conocían a todos". "Eso sí", aseguran, "han ido a por los pequeños, pgrque los grandes siguen trabajando intensamente desde el interior de Galicia, como lo demuestran las. cifras estimadas por el propio gobernador civil de Pontevedra, Virginio Fuentes".Los contrabandistas han asegurado que ellos no evadían divisas al extranjero. "Nosotros comprábamos una mercancía", dicen, "y la vendíamos posteriormente; además repartíamos el trabajo entre mucha gente y no nos hemos lucrado, como pueden comprobar en nuestras cuentas corrientes. Sin embargo, los grandes jefes y los bancos a través de los cuales podían organizarse esas operaciones siguen impunes y, o no se ha investigado, o la investigación no ha dado resultados, extremo este último difícil de creer, puesto que en Galicia se conocían estas actividades desde hace mucho tiempo". "Aquí hemos pagado los pequeños, y los grandes continúan intocables".
Los contrabandistas reconocen que antes de llegar el PSOE al Gobierno "se trabajaba un poco "mejor", y no quieren responder cuando se les pregunta si determinados miembros de Alianza Popular tenían alguna relación con el contrabando, como se ha insinuado.
En cuanto a la entrevista que mantuvo en Portugal el presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor, con varios contrabandistas, éstos han asegurado que no vieron al presidente, e insinúan que pudo ser alguien de la organización Los Servandos. que actualmente se encuentra en libertad bajo fianza. Afirman también que la operación de represión del contrabando fue instigada por tres personas, después de que el PSOE llegara al poder: Sito Vázquez, ex alcalde de Villanueva de Arosa; José Luis Varela, residente en esta localidad y conocido por Chicho, y el diputado gallego del PSOE José Vázquez Fouz. "Sin embargo", afirman, "no se ha dicho nada de que Chicho Varela, queÍrabaja en Correos y sigue el viento que más sopla, vendía tabaco de contrabando a bares y a particulares, y eso lo sabe todo el pueblo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.