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Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Se inician esta noche las eliminatorias de 1.500 metros

ENVIADO ESPECIAL, A partir de hoy, madrugada en España, 65 atletas van a participar en una de las pruebas más prestigiadas del atletismo, los 1.500 metros. Serán tres días de competición a muerte. Al final sólo quedarán los mejores los que hayan demostrado mayor aguante, resistencia, velocidad, fuerza y habilidad táctica. Ocho de los 15 mejores atletas de todos los tiempos -los demás están retirados o han preferido otras pruebas, casos de Aouita y Wessinghage- van a aspirar a la victoria. Entre ellos están los españoles José Manuel Abascal y José Luis González.

Jamás en la historia del atletismo van a competir juntas tantas figuras de los 1.500 metros en una sola prueba. Organizar esta prueba, con todos ellos en la pista, fuera de los Juegos, no es posible. Su contratación supondría más de cinco millones de pesetas y, además, a ellos no les interesan los enfrentamientos personales. En Los Ángeles correrán gratis y deseando verse las caras. En juego está el prestigio, la gloria y la cotización de cara a futuras competiciones. Ahora mismo la cotización de cada atleta de 1.500 metros oscila entre un millón y 300.000 pesetas por reunión, es decir, por poco más de tres minutos de actuación

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Las estrellas de la prueba

La criba va a comenzar hoy. Están inscritos Ovett (3.30.77), Maree (3.31.24), Cram (3.31.66), Coe (3.31.95), Scott (3.31.96), Deleze (3.32.97), González (3.33.12) y Abascal (3.33.44). Y, además, Cruz, campeón olímpico de 800 metros, Becker (3.34.84) y Zdravkovic, finalista en los Juegos de Moscú y, en el campeonato del mundo de Helsinki. Estos atletas, además, copan los títulos más Importantes que se han disputado en los últimos años. Forman la flor y nata del atletismo mundial.

Las primeras series ya se van a comenzar a correr a un ritmo infernal. Se clasifican para las semifinales los tres primeros, más los atletas que consigan los seis mejores tiempos entre los que no hayan conseguido la clasificación por puesto, y todos los atletas se ven obligados a un esfuerzo fuera de lo normal. Todos coinciden en señalar que lo difícil es pasar a la final. Después, cualquier cosa puede pasar.

Ya es habitual que las eliminatorias se corran más rápidas que la final. La mayoría de los atletas tienen que jugarse la baza de imprimir un ritmo muy vivo desde la salida para evitar ser sorprendidos al final por la mayor velocidad de los favoritos. Éstos, que quieren reservar fuerzas para la final, se ven obligados a correr más de lo que ellos quisieran para evitar sorpresas. En las eliminatorias no caben tácticas. Se clasifica el que más corra.

La estrategia

Cuando se plantea la carrera estratégicamente es cuando hay igualdad de fuerzas entre todos los participantes. Los front runners necesitan un ritmo muy fuerte desde el principio; los sprinters, todo lo contrario. Pero corno en una competición donde están en juego las medallas olímpicas no hay ningún corredor que esté dispuesto a hacerle la carrera a otro -lanzarla o frenarla, según a quien quiera favorecer-, hoy en día todos los grandes corredores necesitan ser polivalentes. Nunca se sabe cuándo va a surgir el ataque y ha que y estar preparado para afrontar tanto un cambio de ritmo a falta de 600 metros -especialidad de Abascal- o ser el mejor en un sprint corto -especialidad de González

Esto obliga a los corredores de 1.500 a un entrenamiento exhaustivo durante todo el año porque han de ser los decatletas de la carrera. Tienen que hacer entrenamiento de fondo para aumentar la cantidad de oxígeno que llega a los músculos para mejorar el aguante; tienen que hacer entrenamiento s fraccionados para adaptar el organismo al desequilibrio que se produce entre el aporte y la deuda de oxígeno para que así se retrase la aparición de la fatiga; tienen que hacer series cortas de velocidad para que las fibras de contracción rápida no se aletarguen y respondan cuando se exige al organismo velocidad pura en un sprint, y tienen que hacer musculación en ,gimnasio para tener fuerza muscular y equilibrio físico para tener potencia en la zancada y en los cambios, de ritmo.

Todo esto hay que combinarlo, además, con una habilidad táctica, que sólo está alcance de los atletas fuertes psicogicamente, que tengan confianza en su robustez y potencia.

Durante la prueba de 1.500 metros hay que dar tres vueltas y tres cuartos a la pista de atletismo. Si la carrera no está preparada para récord, lo normal es que todos los atletas vayan muy agrupados hasta rebasar el segundo paso por línea de meta. Es entonces cuando suelen lanzar sus ataques los front runners para hacer un sprint largo de 600 metros, en el que los velocistas pierdan sus posibilidades. Hay que estar muy atento para que la ofensiva no sorprenda a nadie en último lugar.

Si quiere reaccionar tendría que hacerlo por las calles de fuera, con lo que recorrería más metros, y los segundos que tardaría en unirse al ataque, si es que no lo advierte inmediatamente, supondrían metros de ventaja para el que lo ha iniciado. Otras veces la batalla sólo se plantea en la última vuelta, cuando los atletas van cogiendo posiciones para el sprint.

Es importantísimo llegar bien situado a la última curva, ya que es ahí donde los velocistas jugarán sus bazas. No se puede pasar por fuera, porque es un desgaste de energías que se van a necesitar en la recta final, ni tampoco ceder en el ritmo porque en ese punto cada metro que se pierde ya es irrecuperable.

Correr por la cuerda -línea que delimita la parte exterior de la calle uno, la más próxima al césped- supone el riesgo de quedar encerrado por una frenada del atleta que va inmediatamente delante, y esto puede ocurrir justo cuando alguien ataca.Correr por fuera tampoco es lo aconsejable, al realizarse entonces más distancia. Ir en cabeza, tampoco, porque es el que hace el des gaste. En un 1.500 ninguna posición parece la idónea. Todo son circunstancias en contra, de las que puede aprovecharse el rival. Por eso es una prueba bella, donde cada atleta tiene que ir modificando la estrategia prevista, según sean las reacciones de los demás.

Habrá sorpresas

Quizá alguno de los favoritos no tenga la oportunidad de demostrar sus cualidades tácticas en la final. En las eliminatorias y semifinales habrá sorpresas. O corren siempre en los primeros puestos, lo cual les obliga a ir a un ritmo muy elevado que no desean, o aceptan entonces el riesgo de verse sorprendidos en la recta final. En 800 metros, el mismísimo Ovett acabó agotado por los esfuerzos que tuvo que hacer hasta alcanzar la final.

No hay favorito claro para la carrera. Es difícil que Cruz se recupere del esfuerzo que tuvo que realizar durante cuatro días para ganar en 800 metros. Ovett está débil, y Coe seguramente también acusará el esfuerzo de los 800 metros después de una temporada en la que estuvo lesionado. Quedan, pues, los estadounidenses Maree y Scott, el británico Cram, que también acusa la inactividad de una reciente lesión, el suizo Deleze, el alemán Becker, el yugoslavo Zdravkovic y los españoles Abascal y González. También compite Vera, pero parece que su techo estará en semifinales. Esta es la gran oportunidad. González asegura que está en el mejor momento de su vida: "Quiero ganar porque tengo un compromiso conmigo mismo".

En las eliminatorias de hoy, González correrá la primera serie (1.15 horas en España), Maree y Coe la segunda (1.25), Ovett y Deleze la tercera (1.35), Scott y Zdravkovic la cuarta (1.45), Becker y Abascal la quinta (1.55) y Cram la sexta (2.05).

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