Mujer contra hombre.
El triunfo de la norteamericana Joan Benoit en la primera maratón olímpica femenina abrió de nuevo la polémica en torno a a rivalidad deportiva hombre-mujer. Muchos corredores de fondo habrían perdido ante Benoit si las reglas olímpicas permitieran la competición conjunta. Pero existen muchos peros a esta cuestión. Por ejemplo, Sean Howe, uno de los entrenadores del equipo femenino norteamericano, afirma que las mejores atletas femeninas podrán ganar en el futuro a la gran masa de atletas masculinos, "aunque no a los superdotados. En este sentido, Joan hubiera ganado a muchos hombres, pero nunca a Alberto Salazar". La doctora Liza Dunne, especialista olímpica en medicina deportiva, comenta que "millones de mujeres teóricamente superdotadas para el deporte, ni se plantean su práctica porque el grueso músculo y la presencia atlética no son femeninos". Según un reciente estudio de la Ball University, en la carrera de 800 metros lisos, la distancia entre las marcas masculina y femenina se ha reducido del 22 al 9% en menos de 50 años; en las pruebas de natación de 200 espaldas, del 11 al 5%. "El hombre", afirma el doctor Harmon Brown, de dicha universidad, "posee músculos superiores y el volumen de su corazón y pulmones es un 10% mayor".