Rafael Escalas no pudo entrar en la final de 1.500
El espaldista navarro Aldabe, en cambio, en su peor prueba, los 100 metros, quedó fuera por un solo puesto, pero batió ampliamente su récord nacional, bajando por primera vez de los 58 segundos. El ridículo general de la prueba de fondo fue que el mejor tiempo de las series quedó a 25 segundos de las marcas del gran ausente, VIadimir Salnikov.Rafael Escalas, siempre por debajo de sus mejores pasos en el kilómetro y medio, acabó con 15.30.09 a más de 12 segundos de sus 15.17.93 que tiene como mejor marca. La decepción fue total. Nadó en la primera serie, lo que podría utilizar como disculpa, pero no lo es. Se dejó llevar por el ritmo del australiano Lemberg, un discreto fondista con marca acreditada de 15.31.38 y aparte de su falta de fuerzas acabó por ser su perdición. Aunque pasó los primeros 200 metros en cabeza, ya se vio que no sostenía un ritmo suficiente para no exceder demasiado de la barrera de los 15 minutos.
Incluso fue superado por Lemberg hasta los 800, en los que volvió a doblar primero, con 8.15.05. Sin embargo, fue un espejismo y no hubo reacción. El australiano le alcanzó nuevamente a los 1.150 metros y aunque el mallorquín pasó en cabeza los 1.400, pero ya con 14.29.90, ni siquiera consiguió bajar de los 15.30, que sí logró Lemberg. En cuanto se vio que el alemán Pfeiffer ganaba la segunda serie en 15.21.95 y tres nadadores más bajaban de los citados 15.30 quedó claro que Escalas no podría entrar de ninguna forma en la final A. Hizo el undécimo tiempo y estará en la final B. Su hermano Juan Enrique, que empieza ahora a estudiar en UCLA, parece que gastó todas sus fuerzas el día anterior en los 400 libres y tuvo otra floja actuación para lo esperado. Hizo 10 segundos más que su marca y ni siquiera llegó a la consolación, con el tiempo 18, dos más de los que entran.
La natación española, que invierte gran parte de su presupuesto en becar a sus nadadores de elite en Estados Unidos, no sé puede sentir muy pagada, que digamos, con resultados como éste. Escalas se despide de ella con un fracaso regular, pero no se puede quejar: en los cuatro anos que ha estado en Los Ángeles se ha echado novia, con la que se casa el penúltimo día de los Juegos, y el próximo año será ingeniero eléctrico. Da toda la sensación de que Rafael ha encaminado tanto su vida privada que se ha olvidado del deporte y el país que le pagaba. Y Juan Enrique empieza lo que ahora termina su hermano. Pero ambos, como han declarado repetidamente, se encuentran muy bien en UCLA y estaban contentísimos en la USC, Universidad del Sur de California, donde se disputa la natación, porque tenían la piscina para entrenarse al lado. Sólo palabras.
Un fiasco de 25 segundos
Las series de 1.500 libres, en cualquier caso, fueron un fracaso general para ensalzar al gran ausente, SaInikov. Su récord mundial por debajo de los 14.55, y el olímpico de Moscú, 14.58.27, la primera vez que bajó de los 15 minutos, parecían en el marcador electrónico de otra galaxia. El mejor tiempo de las cuatro series, del norteamericano O'Brien, fue de 15.21.04. Vamos, para hacer una final A sólo con SaInikov y una B para el resto. El otro norteamericano, Di Carlo, que ganó las selecciones en Indianápolis con 15.01.51 se quedó en sólo 15.22.88 y mucho deberá mejorar ante la final de hoy.
Para la sesión de la tarde se anunciaba una mejora del récord mundial de 100 espalda por Rick Carey.
El mejor especialista mundial de este estilo, muy enfadado por no haber podido superar el de 200, volvió a ser el único que bajó de los 56 segundos, y con 55.74 quedó a 55 centésimas de su plusmarca mundial. Fue una lástima que Ricardo Aldabe, por 14 centésimas, no entrara en la final A como en los 200 espalda. Pero en su peor prueba batió de nuevo su récord de España, que tenía en 58.11, con 57.90. Pese a su moral baja por las ausencias, el nadador navarro sí justificó su beca en Alabama. Cada uno en su sitio lo menos, que debe hacer es cumplir con su trabajo.
Gross, hacia su tercer título
La sesion matinal volvió a tener la frustración local de ver a Michael Gross encaminarse hacia su tercera medalla de oro por delante de Pablo Morales. El cubano-norteamericano ganó la penúltima serie de los 200 mariposa, bajando por segunda vez en la mañana de los 2 minutos (1.59.19), tras el neozelandés Mosse (1.59.76), pero aún quedaba el alemán en la última.
Gross, incluso apurado por el venezolano Vidal (que con Mestre son otros dos buenos "productos" hechos en Estados Unidos), bajó de los 1.59 y estableció un nuevo récord olímpico con 1.58.72, pero se reservó para la final, muy lejos de sus 1.57.05, actual récord mundial. Harri Garmendia estará en la final B, con el último tiempo, sus 2.02.37, a cinco centésimas del récord nacional. En las pruebas femeninas, se confirmaron los triunfos de los favoritos, Tracy Caulkins y el relevo americano de 4XIO0 estilos, pero ambos a tres segundos de las plusmarcas mundiales de las alemanas orientales, también como se esperaba.
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