El grupo INI necesitará 500.000 millones de pesetas para equilibrar su cuenta de resultados en los próximos años
El grupo de empresas del Instituto Nacional de Industria (INI) precisa en los próximos años una inyección de fondos estatales por un total de 500.000 millones de pesetas con el fin de capitalizarse gradualmente, según anunció ayer el presidente del holding, Enrique Moya, al ofrecer los resultados finales correspondientes a 1983. Según Moya, las pérdidas consolidades del grupo en dicho ejercicio ascendieron a 161.500 millones de pesetas, a los que hay que añadir otros 34.091 millones de pesetas en concepto de pérdidas extraordinarias derivadas de cambios contables en la valoración de obra en curso en las empresas navales y de bienes de equipo.
El saneamiento financiero de las empresas públicas es, a juicio del presidente del INI, el problema más importante del grupo. Tanto la relación de recursos propios sobre recursos ajenos (al 31 de diciembre pasado era tan sólo de 19 a 81, cuando lo aceptable se sitúa en el 40 a 60) como el porcentaje de los costes financieros sobre ingresos (el 13,2% en la misma fecha, frente a uno pasable del 5%) hacen inviable cualquier esfuerzo de gestión que, aunque realizado a lo largo del pasado año, es insuficiente para equilibrar la cuenta de resultados del grupo, según Moya. "La factura hay que pagarla, y cuanto más tarde se pague, más cara saldrá", dijo.El presidente del INI señaló, sin embargo, que los resultados del INI en 1983 muestran una moderación si se miden en relación a los aumentos registrados en años previos. En pesetas constantes y en relación a los ingresos, las pérdidas no han aumentado, si se tiene en cuenta además, según explicó Moya, que en los 161.500 millones están contabilizadas dos partidas exógenas a la explotación, como son 29.000 millones de pesetas de regularización derivadas de las fluctuaciones de cambio y el incremento registrado (unos 10.000 millones, frente al año anterior) en los gastos financieros.
Aflorar pérdidas
Quizá el aspecto más importante puesto de manifiesto por el presidente del INI en la exposición a la Prensa de los resultados del grupo se refiere al futuro del grupo. El INI, señaló, ha aflorado este año una pérdida de 34.091 millones en concepto de valoración errónea, en términos contables, de obra en curso, que corresponden de hecho a pérdidas que había que repercutirlas en más de ocho años. Para el futuro, además, el grupo público tendrá que aflorar cifras que superarán los once ceros y que corresponden a regularizaciones en siderurgia (el cierre de Sagunto supondrá 51.000 millones, si se incluye indemnizaciones), Potasas de Navarra (14.000), Textil Tarazona (3.000), Astilleros (sin determinar), bienes de equipo, etcétera.
Según Moya, estos ajustes hay que hacerlos gradualmente, ya que, de repercutirlos inmediatamente, la ley de Sociedades Anónimas, en sus artículos 91 y 150, forzaría a la reposición del capital social o la declaración de quiebra de la sociedad. Tal es el caso de Seat, donde, dijo el presidente del INI, no se ha producido "ningún fraude" -ni nadie lo ha afirmado-, "sino un ajuste contable que se hacía necesario". El saneamiento de Seat, por ejemplo, forzará a aportaciones graduales del orden de los 100.000 millones de pesetas.
El presidente del INI hizo también una serie de valoraciones sobre los cambios introducidos en la gestión del grupo desde que asumió la dirección del mismo. Se trata de la profundización de la política comercial, la creación de productos nuevos y la cancelación de otros, la introdución de un programa de austeridad y de reducción de gastos la consideración de criterios profesionales en la responsabilidad de la gestión. El segundo punto destacable en cuanto a cambios es la nueva estrategia de saneamiento financiero, que ha forzado una reducción inversora y una nueva política de desinversión de actividades no rentables o de dificil justificación estratégica.
Enrique Moya resaltó el hecho de que el INI y sus empresas "no han incrementado el peso que suponen sobre el presupuesto nacional". Según el presidente del INI, las empresas englobadas en el holding percibieron en 1982 la cifra de 224.000 millones de pesetas del Estado, cantidad que se vio reducida a 191.000 en 1983 y a 202.000 millones en 1984. Esta última cantidad se divide en 80.000 millones por aportación patrimonial, 32.000 millones en concepto de subvenciones a empresas y 90.000 millones como asunción de pérdidas.
En cuanto a las líneas estratégicas del INI para el futuro, el presidente señaló que "no es conveniente llevar una política nacionalizadora ni tampoco desmembradora". Por el contrario, la política a seguir será "selectiva", tanto en lo que hace referencia a nuevas inversiones como a las desinversiones necesarias.
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