Buen inicio de Ballesteros en el Open británico
El día era propicio para un despertar como el que tuvo ayer Severiano Ballesteros en la primera jornada del Open Británico, en el Old Course de Saint Andrews (Escocia). El sol brilló durante todo el día e, incluso, se sintió algo de calor, que apaciguaba una ligera brisa marina. Ballesteros salió dispuesto a finalizar con su tormenta particular y atacó desde los primeros momentos el difícil y y duro recorrido de St. Andrews. No acabó entre los líderes, pero está a dos golpes de ellos. Ballesteros entregó una tarjeta con 69 golpes mientras que el escocés Bill Longmuir, el australiano Greg Norman y el norteamericano Peter Jacobsen culminaban la primera fase del torneo con 67 golpes. Para el resto de jugadores españoles la jornada tuvo altibajos.
ENVIADO ESPECIAL
Lo dijo Carmen Botín, novia de Severiano, que anda por Saint Andrews acompañada de algunos familiares, antes de que se iniciara el torneo: "Seve está jugando muy bien". Y tenía razón. Ballesteros, que guarda buen recuerdo de este campo -donde se reveló como gran figura tras quedar segundo el año que ganó Nicklaus la última vez- salió con ánimo de ganar y se demostró a sí mismo que la tormenta no será tan larga si él quiere.Ayer, Seve fue sólido en su juego y muy agresivo. Hacía tiempo que no conseguía una tarjeta con 69 golpes, con cuatro birdies y un bogey. Llegó al hoyo 17 con cuatro golpes bajo el par, pero no se escapó del fatídico agujero situado justo al lado de una carretera.
A Ballesteros este campo le va. Es de un recorrido duro, ondulado, con muchas dunas y con unos greens inmensos. Hasta ahora el que mejor ha definido esta campo es Fuzzy Zoeller, ganador del último Open de Estados Unidos, y que asiste por vez primera a Saint Andrews: "Es un campo con muchos agujeritos llenos de arena, donde uno no puede ni sentarse y mucho menos dar un golpe". Si Severiano se encuentra con su putt y mantiene la confianza, luchará por los primeros lugares y puede soñar con el título que ya en abril él vaticinó que podía conseguir: "Con cuatro 69 se gana este torneo de sobra, pero ojalá pueda repetir esta actuación en dos jornadas más y estar el último día ahí en la cabeza".
Un escocés, líder
Bill Longmuir, un escocés de 31 años, quiso darle una alegría a sus compatriotas de buena mañana. Longmuir inició su juego a las 7.40 horas. Acabó a las 12.00, siendo líder con 67 golpes, pero a esa hora los grandes, los favoritos, iniciaban su recorrido. A Longmuir desde el año 1982 no le salen bien las cosas del golf.La temporada pasada, a pesar de ganar en Costa de Marfil, no pudo reproducir ningún triunfo en Europa y quedó relegado al puesto 55 de la Orden del Mérito Europeo. El año 1984 estaba acabando con su paciencia. No pasó el corte en seis torneos y tuvo que disputar la preclasificación para estar en el Open Británico. La ganó gracias a que se fue donde un brujo del golf, el padre de Sam Torrance, que le corrigió sus defectos de swing. Ayer demostró que Torrance tiene buen maestro.
Esta es la segunda vez que Longmuir se erige en líder del Open. La primera fue en 1979, en Lythinan (Inglaterra), en donde hizo 65 golpes el primer día, después se hundió y contempló como Ballesteros se convirtió en el más joven ganador del torneo más prestigioso del mundo.
Norman, en racha
El australiano Greg Norman tiene fama de fanfarrón y, por ello, tiene varios enemigos en esta parte de Europa. Pero Norman lleva una temporada que le está permitiendo adularse como nunca. Ha ganado dos torneos en América: el Open de Kemper y el Open de Canadá; y ha sido segundo el Open de Estados Unidos y en el Western Open.Está ganando dinero como nunca. Lleva acumulados en Estados Unidos un total de 286.513 dólares. El gran tiburón blanco, como le llaman desde que un día se marcó el farol de que pescaba tiburones en Australia, no escondió ayer su satisfacción por el buen juego realizado. De la misma forma que no tiene reparos en declarar que vive en Florida, que tiene un potente Ferrari o que le ha regalado un Rolls Royce a su mujer.
La actuación española, en la primera jornada del torneo, fue buena. Junto a Ballesteros, brillaron Manuel Calero y Manolo Piñero (70), mientras José Rivero, Emilio Rodriguez y José María Olazabal (74) y Manuel Calero (75) trataban de defenderse. El más desafortunado fue Antonio Garrido, con 78 golpes. Ian Beker-Finch (Australia, 68), Nick Faldo (Gran Bretaña, 69) y Tom Kite (EE UU, 69) se colocaron también por delante del campeón, Tom Watson (EE UU), que totalizó 71 golpes.
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