Padres y docentes de Villaverde se oponen al traslado de profesores, porque "pone en peligro la renovación pedagógica"

Padres y profesores del colegio público República de El Salvador, del distrito madrileño de Villaverde, han iniciado gestiones para impedir el traslado de seis docentes, a los que se considera impulsores de un proyecto de renovación pedagógica que su dispersión puede poner en peligro. Varios miles de profesores de EGB cambiarán de destino el próximo curso en Madrid, en un fenómeno que se repite anualmente y que está considerado por los expertos en pedagogía como uno de los factores más perjudiciales para la calidad de la enseñanza. Las sustituciones continuas de personal afectan sobre todo a aquellos colegios en los que se desarrollan proyectos innovadores, que pueden quedar trastocados por completo.

Padres de alumnos y profesores del colegio República de El Salvador han manifestado ante los responsables del Ministerio de Educación y Ciencia su oposición al traslado de seis docentes que han impulsado durante años un proyecto pedagógico para adecuar la escuela al medio en donde viven los niños. Según el profesorado, en este centro hace unos años sólo el 20% de los alumnos terminaba la EGB. El informe añade otras conclusiones: "La escuela ignora absolutamente el medio en el que se encuentran los alumnos y sus intereses; margina la tradición cultural del niño, su lenguaje y vivencias; elabora unos contenidos estandarizados, dirigidos a un tipo de niño inexistente; propone una pedagogía no activa, basada en la memorización de conocimientos; ofrece unos libros de texto poco claros y escritos en un lenguaje ininteligible".A partir de lo que no debían hacer, Andrés Martínez y los otros 20 profesores del colegio decidieron eliminar los libros de texto y reducirlos a libros de consulta ocasional, e impartir las enseñanzas apoyados en las experiencias desarrolladas en 14 talleres, de cerámica, informática, fotografía, costura, títeres, pintura... Las actividades deportivas son consideradas como un factor básico de la educación, y los profesores quieren sacar la clase a la calle, a base de realizar estudios sobre su propio barrio, estructura comercial, circulación o tipos de viviendas y basar la clases de Naturaleza en el estudio directo, incluida la crianza de animales y el cultivo de plantas. Los padres han visto con simpatía el intento. Antonio Milara y Esther Castillo, padre y madre de alumnos del centro y partícipes activos en el proceso de renovación pedagógica del colegio, sostienen que el centro ha ganado en prestigio, han desaparecido los robos y asaltos y se ha convertido en un elemento dinamizador del propio barrio, "y eso es porque los niños lo consideran como suyo". Para los padres, no tiene sentido que una decisión burocrática disuelva el equipo que ha transformado la enseñanza de sus hijos.

Aplicación de la ley

El baile de profesores puede afectar a 12 de los 21 docentes del colegio República del Salvador. Ocurre con cierta frecuencia, que un profesor que ocupa la plaza provisionalmente y que no quiere marcharse del centro tiene que abandonarlo forzosamente, obligado por otro profesor de los que han participado en el concurso general y que ha ganado su plaza. De esos 12 afectados por traslados en el colegio República de El Salvador, seis profesores, que constituyen el núcleo fundador del proyecto, ya han sido advertidos de que a partir del 3 de septiembre deben incorporarse cada uno a un colegio diferente. El destino de los seis restantes aún no se sabe.Padres de alumnos, éstos mismos y los propios profesores del República de El Salvador han pedido insistentemente que se respete su permanencia en el centro. Se han reunido ya con el concejal del distrito de Villaverde y con responsables de la Dirección Provincial de Educación.

Fuentes del Ministerio de Educación han confirmado ayer que en 1983 hubo un baile de profesores que afectó a casi la tercera parte de los aproximadamente 16.500 que trabajan en Madrid. Este año, no obstante, el número de bailarines será menor. El Gobierno ha puesto en práctica el artículo 123 de la ley General de Educación, de 1970, en suspenso casi desde se promulgación, según el cual un profesor tendrá que permanecer al menos dos años en el mismo destino antes de solicitar traslado.