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La acería de Bagnoli, en Nápoles, experiencia de democracia directa

Juan Arias

Ha sido en el Sur, en Nápoles, considerado siempre sólo como la capital de la Camorra, donde acaba de tener lugar la experiencia más avanzada de democracia directa dentro de una fábrica. Por primera vez, en la tan criticada acería de Bagnoli, los grandes sindicatos unitarios han permitido a los trabajadores, obreros y empleados, votar en secreto un referéndum a favor o en contra de los acuerdos del 10 de mayo pasado entre la empresa y los sindicatos.

El punto de la cuestión era el siguiente: en la gran crisis del acero, Bagnoli, centro siderúrgico de primera plana en Italia, amenazaba con el cierre definitivo si no se llevaba a cabo una profunda reestructuración de la empresa. Hubo un acuerdo para modernizar dicha fábrica entre CGIL, CISL y UIL y los empresarios, pero a dicho acuerdo se opusieron los consejos de fábrica, ante el temor de que bajo el mando de la reestructuración se estuviera fraguando, por parte de los empresarios, la liquidación de la importante acería. En esta batalla, la empresa fue drástica y puso en paro forzoso a casi la mitad de la fábrica, que acabó cerrando sus puertas.

En este punto, los sindicatos aceptaron el desafio de los consejos de fábrica de convocar un referéndum entre los trabajadores para saber si aprobaban o no los acuerdos, del 10 de mayo pasado.

En caso positivo, la empresa se comprometía a abrir sus puertas y a mantener todos los puntos del acuerdo. En caso contrario, también los sindicatos habrían impugnado dichos acuerdos ya firmados.

Imponente movilización

Ha sido una prueba dura, pero democrática. Ha habido una movilización imponente. Todo dentro del máximo respeto de la libertad de cada uno. Y es que la cosa no era fácil; lo ha demostrado el resultado del voto. Los trabajadores con derecho al voto eran 5.934. De ellos votó el 66,5%; de entre los votantes, aceptó los acuerdos sindicales el 71% y los rechazó el 20%. El resto votó en blanco o papeleta nula. Los trabajadores en paro forzoso eran 2.500, por lo cual más de 1.000 de estos trabajadores han votado a favor de los acuerdos, cuando se pensaba que era precisamente esta categoría de trabajadores la que menos se fiaba de la reestructuración, ya que había sido la más castigada por el plan de modernización, que supone una fuerte disminución de la plantilla.Pero, prescindiendo del resultado, lo importante es que, como ha dicho Viricenzo Cardillo, presidente del sindicato metalúrgico de la región campana, "es desde Nápoles, desde Bagnoli, una de las fábricas más problemáticas y criticadas de Europa, desde donde arranca la nueva democracia sindical italiana".

La experiencia del referéndum no gusta a casi nadie, incluso como instrumento de democracia directa, ya que algunos dirigentes sindicales nacionales piensan que con el 51 % de los votos de los trabajadores de una fábrica no se pueden tomar acuerdos serios y duraderos.

Hoy lunes, tras la experiencia, la fábrica de Bagnoli deberá anunciar la inmediata reapertura de sus hornos.

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