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El Banco Occidental y el grupo de Catalana bajan los tipos de interés

El Banco Occidental y el grupo de los integrados en Banca Catalana -Industrial de Cataluña, Barcelona, Industrial del Mediterráneo y el que da nombra al grupo-, todos ellos controlados por el Vizcaya, comunicarán hoy al Banco de España su intención de reducir en un punto el tipo de interés preferencial para los créditos a tres o más años, y en medio punto para las operaciones a corto plazo.La decisión, tomada ayer por los responsables del grupo del Vizcaya, constituye la primera respuesta positiva a la petición del ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, y del subgobernador del Banco de España, Mariano Rubio, de que las instituciones financieras empezaran a aplicar una reducción del coste de sus operaciones de activo sin que le acompañara, en principio, una reducción similar en la retribución del pasivo depositado en ellas.

Los responsables del grupo del Vizcaya decidieron, en una reunión en la que participaba el consejero delegado del banco matriz, Pedro de Toledo, el director comercial del grupo y los directores generales de todos los bancos que lo integran, que dos de sus más importantes firmas, Catalana y Occídental, redujeran el tipo de interés preferencial que tienen que comunicar al Banco de España.

Entre el Banco Occidental y el grupo de Banca Catalana suman 500 oficinas -el 27% del grupo- y tienen una cartera de activos superior a los 650.000 millones de pesetas, el 31 % del total del grupo Banco de Vizcaya. La elección de estas dos instituciones se debe a que tienen en la actualidad una mayor capacidad inversora que el resto de los bancos del grupo. Como razón suplementaria hay que considerar que estas dos entidades se encuentran exentas de cubrir coeficientes al estar en proceso de saneamiento y contar con diversas ayudas del Fondo de Garantía de Depósitos y del Banco de España. Ello hace que la rentabilidad media del activo de estos bancos sea superior a la del sector y que, por ello, se puedan empezar a bajar los tipos de interés en éstos sin que repercuta de manera excesiva en la cuenta de resultados de los bancos.

Preferencial al 17%

Los responsables del grupo del Banco de Vizcaya, con la decisión de reducir en un punto sus operaciones crediticias a largo plazo -situándose a partir de mañana en el 17% a tres años mientras que los grandes bancos tienen fijado este tipo en el 18% o el 19%- y en medio punto el de las operaciones a corto (que quedarán en torno al 16%), han cerrado el paréntesis abierto a raíz de las manifestaciones de Miguel Boyer y de Mariano Rubio que señalaban que ya se daban las condiciones necesarias para que se produjera una reducción sustancial de los tipos de interés en la economía.El descenso en la tasa de inflación, a la vez que su previsible desaceleración en los próximos meses hasta que se ajuste al objetivo del 8% previsto, el espectacular crecimiento de las exportaciones españolas, con el consiguiente freno al déficit comercial exterior, y una fuerte entrada de divisas eran las razones esgrimidas desde la Administración para la reducción de los tipos de interés. El hecho de que las empresas no están solicitando apenas créditos, en parte porque estarían aumentando su tasa de autofinanciación consecuencia de una mejora del margen de explotación y también porque la actividad general está deprimida, eran razones suficientes, en opinión del Gobierno, para que la baja en los tipos de interés se iniciara por las operaciones de activo y no por las de pasivo -o simultáneamente- como expusieron recientemente José Ángel Sánchez Asiaín, presidente del Banco de Bilbao, y Rafael Termes, presidente de la patronal bancaria.

La decisión unilateral del grupo del Vizcaya de que una parte importante de su organización bancaria -el 3 1% de su activo consolidado- reduzca el precio de sus créditos supone aceptar la tesis de la Administración y poner en marcha un mecanismo al que tendrán que responder en las próximas semanas los demás grupos financieros del país. En la medida en que las operaciones de activo vayan reduciendo su coste medio, es previsible que el Tesoro flexione a la baja los tipos de interés de sus pagarés, para mantener el diferencial entre éstos y los créditos al sector privado, y que ello se traduzca de forma más o menos inmediata en una reducción de la retribución de los pasivos financieros, depósitos a plazo y otros activos líquidos, de bancos y cajas de ahorro.

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