Optimistas, 2; pesimistas, 0
La derrota futbolística no influyó para nada en esta ocasión y, a pesar de la tendenciosidad del árbitro Christov, ayer la bolsa volvió a subir. El perfil del mercado cambia por momentos y ahora presenta una faz bastante risueña, tanto que invita a declararse. Y eso no sólo se debe a las modas veraniegas que activan la imaginación, sino a datos concretos que deben hacer reflexionar a los inversores.Durante las últimas semanas, los jueves han sido jornadas de realizaciones. Pero ayer eso no ocurrió en Madrid ni en los demás mercados nacionales. No faltaban operadores que esperaban la afluencia de ventas, sobre todo pensando en que el final del mes está próximo y que el papel proveniente de las operaciones a crédito se había situado en 9,95 millones de pesetas frente a 10,06 millones de compras durante la sesión del miércoles.
Eso no sucedió. Mucho más aún. Algunos cambios fijados ayer se han hecho a base de comprar 200 títulos. Tal era la pobre afluencia de órdenes de venta. Pero, ciertamente, esa tampoco es una buena señal. Si pocas son las ganas de vender, no son mucho mayores las de comprar, lo que indica que la bolsa todavía no ha encontrado su momento.
Lo que sí ha quedado claro ante los ojos de los expertos es que el mercado se encuentra en período de fortalecimiento a medio plazo, y se abre la posibilidad de llegar al 130% más pronto o más tarde. Las reflexiones, algo tardías, sin duda, de los inversores ante el tratamiento fiscal que se dará a otros activos de renta fija y las previsiones de descenso de tipos de interés, comienzan a surtir su efecto. La renta variable, como parecía obvio desde hace varias semanas, comienza a recoger los frutos maduros de la situación.
La evolución a corto plazo, sin embargo, no debe ser tan rígida como esa tendencia a medio. Los factores de inseguridad continúan presentes, como el citado del escaso volumen de operaciones -763,8 millones de contratación el pasado miércoles- demuestran que cualquier oscilación influirá excesivamente en los índices. La confianza, no obstante, vuelve a brillar por su presencia.
En este clima optimista, las eléctricas son los valores más favorecidos, no solamente por su ganancia de 1,83 puntos en su índice sectorial, sino por las expectativas que ofrecen a futuros inversores. Precisamente, el capital extranjero ha comenzado a entrar en estos títulos de una forma si no ostentosa, por lo menos bastante eficaz. La lectura que puede desprenderse de las actuales discusiones parlamentarias sobre el Plan Energético Nacional no es ajena a esta evolución.
Los expertos, por otra parte, están volviendo la vista hacia los valores inmobiliarios, algo olvidados por el tráfago diario de dinero, y hacia los que se apuntan excelentes posibilidades de recuperar posiciones perdidas, sin un cambio apreciable de tendencia, pero sí con notables mejoras. Pero tanto en ese sector como en cualquier otro, se prevén subidas muy selectivas, ya que la escasez de dinero impedirá una evolución global más contundente.
Conviene no olvidar esta realidad para no llevarse sorpresas desagradables o, en todo caso, dejar de ver el bosque al mismo tiempo que los árboles. Así, los expertos continúan con una actitud prudente y los diagnósticos para la última sesión de la semana se reparten equitativamente. Pero si insiste el dinero que quedó pendiente ayer de operaciones por falta de papel, no será diricil que la subida de las últimas jornadas prosiga inparablemente.
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