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Hidalgo abandona hoy una espectacular selección francesa

El otro día, un periodista de la revista Play Boy le preguntó si le habían hecho muchas propuestas de matrimonio. Dijo que sí,'"es lógico, no?", apuntó. También le preguntó qué era lo que más miraba de las mujeres cuando las veía por la calle. "Su cara", dijo, para añadir inmediatamente, "si no la llevo delante, claro". Michel Hidalgo, seleccionador francés de fútbol hasta que Voytech Christov pite esta noche el final del partido, es un centrista que ya quisiera para sí Adolfo Suárez. Crítico con lo que califica "la intolerancia de los partidos políticos", ha rechazado numerosas ofertas para formar parte de varias listas electorales. Ahora es selesecionador y mañana, director de todas las selecciones francesas. Hoy estará en el banquillo y mañana, en el palco. Hoy ordenará a Platini y mañana, tratará de descubrir nuevos platinis. Hoy Miguel Platini teme la suerte que está teniendo España. «Y es que esa suerte no es de ahora, no ha empezado en esta Eurocopa, surgió en aquel increíble y sorprendente 12-1 ante Malta, ha seguido frente a los alemanes, en el último minuto, y culminó en la tanda de penaltis ante los daneses. Con esa suerte, España puede meternos en un apuro mañana".

Antes de meterse en el fútbol, Hidalgo trabajaba en la Sociedad Metalúrgica de Normandía, donde era el encargado de probar los motores eléctricos. Debutó, como aficionado, en el Normandía, en 1952. Después se hizo profesional en 1954, en las filas del Havre. Fue traspasado al Reims, donde conquistó el título francés (1955) y disputó la final de Copa.En 1967, abandonó el fútbol activo, sin conseguir vestir una sola vez la camiseta nacional. En 1962 es nombrado presidente de la Unión Nacional de Futbolistas Profesionales. Y, en 1967, inicia su carrera de entrenador en el Mónaco. Luego vendrían el Menton (1968), regresó al Mónaco (1969), hasta que, en 1970, entra a formar parte del cuadro técnico de la Federación. Y, antes de ser nombrado seleccionador francés, el 4 de octubre de 1975, pasa dos adjuntías, con Boulogne y Kovacs.

Todavía sueña, a veces, con aquella semifinal del último mundial, en Sevilla, en la que perdieron por penaltis ante la RFA, cuando ganaba por dos goles, a 20 minutos del final. "En un primer momento yo estaba muy decepcionado", explica cuando recuerda aquella derrota, "pero siempre acabo pensando que hicimos lo que debíamos. Es decir, jugar al fútbol. El defendernos de cualquier manera hubiera significado renunciar a nuestro estilo, a nuestras ideas. Hoy, si el equipo de Francia es respetado en todo el mundo, lo es por su estilo, el mismo que fue eliminado en Sevilla. Si hubiéramos optado por la ultradefensa, tal vez ahora todavía estaría lamentándome".

Lo malo es que aquel fantasma ha vuelto a aparecérsele a Hidalgo, en esta Eurocopa, en la semifinal que disputó frente a Portugal. "Si hubiéramos necesitado la tanda de penaltis, me voy del campo, porque no lo hubiera resistido. En Sevilla, nos creíamos en el paraíso y terminamos en el infierno; en Marsella, la otra noche, abandonamos el infierno, en cinco minutos, para llegar al cielo".

Fe sólo en Platini

Jamás utiliza la palabra equipo, siempre emplea el término grupo. "El equipo son los once que salen al campo y yo trabajo con toda una selección al completo. No creo en la acción aislada, prefiero el acto colectivo". Pero, sin embargo, sí cree ciegamente en Michel Platini. "Por supuesto, aunque Michel es a la vez genial y colectivo. Hay un hecho que retrata a Platini. En aquel primer equipo francés, Henri Michel, curiosamente mi sucesor mañana, era el capitán y el encargado de lanzar los golpes francos. Pues bien, un día dos segundos antes de tirar una de esas faltas, se le acercó Platini y le dijo: 'ahora, tú me la pasas a mí y yo marco'. Henri se quedó helado, pero no le quedó más remedio que pasarle el balón. No recuerdo si fue gol, pero esa acción define a Platini. Es una mezcla de descaro, farolada, intuición y genio. Es el líder natural que todos buscamos".Hidalgo reconoce que "mi primer criterio a la hora de escoger jugadores es el talento. Es difícil, muy difícil, que un jugador talentoso no aporte nada al colectivo. Suele infundir inteligencia al juego y eso es muy importante". Hidalgo, que espera dejar el banquillo de la selección para tener más tiempo de jugar al golf e ir al cine, sus dos grandes hobbys, considera que "lo más importante para lograr un patrón de juego, un estilo personal, espectacular y brillante es dar libertad a los jugadores".

El seleccionador francés cree que el fútbol es sumamente duro con los técnicos, a los que se les culpa de todo. "El jugador pierde y se va a casa. El técnico llega a la suya y no para de darle vueltas a la derrota, buscando siempre los motivos de ella. Eso agota".

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