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Las exportaciones españolas a Egipto se han multiplicado por cuatro en los últimos cinco años

De todos los países con los que España mantiene un volumen de comercio significativo, Egipto es el que ha absorbido durante estos últimos cinco años el mayor aumento de las exportaciones españolas, que durante este período se han multiplicado por cuatro en dólares, y casi por 10 en pesetas, haciendo saltar en el ranking de los clientes de la industria española del puesto 16 al noveno, según se desprende de los datos proporcionados por la agregaduría comercial española en la capital egipcia.

"Si los empresarios españoles han llegado tarde para aprovecharse del auge económico de los países del golfo Pérsico", comentaba -recogiendo una frase pronunciada por Felipe González durante su visita a Arabia Saudí, en marzo- un hombre de negocios europeo que compite en El Cairo con los españoles, "han sido, en cambio, puntuales a su cita con el Egipto que, tras la firma de la paz con Israel, en 1979, liberaliza y potencia su comercio exterior".Entre los proveedores de Egipto, ninguno, excepto Japón, ha visto sus exportaciones progresar tan rápidamente como las de España, que en 1979 se situaron ya en 167 millones de dólares y que tres años más tarde alcanzaban la cifra récord de 491, a pesar de la fuerte revalorización de la divisa norteamericana, convirtiendo a España en su séptimo suministrador, con una cobertura del 7%. de sus importaciones pagaderas en divisas.

El año pasado el volumen. de las exportaciones disminuyó por primera vez en dólares (425 millones), pero aún registra un incremento en pesetas del 11%, porcentaje nada despreciable si se tienen en cuenta las medidas tomadas por las autoridades de El Cairo para reducir sus importaciones y el menor crecimiento del producto nacional egipcio.

Además, los datos relativos al primer trimestre del año en curso ponen de relieve una reanudación de la curva ascendente de las exportaciones españolas, que aumentaron en pesetas un 70%, mucho menos, sin embargo, que las ventas egipcias a España, que subieron un 650%.

Este último porcentaje ilustra la paulatina tendencia al equilibrio, acentuada en 1983, de la balanza comercial entre España y su tercer cliente mundial, al margen de la OCDE, detrás de Argelia y Arabia Saudí, que de una tasa de cobertura española del 1.000% en 1981 pasa, dos años después, a 1,90%, para situarse a principios de este año en sólo un 120%.

La reducción del desequilibrio tiene una explicación sencilla: la disminución de las compras españolas de petróleo a los países del golfo Pérsico no sólo ha beneficiado a los productores latinoamericanos, sino a Egipto, que el año pasado exportó crudos a España por valor de 205 millones de dólares. Esta nueva armonía de los intercambios hispano-egipcios y el carácter vital para la economía egipcia del amplio espectro de productos españoles vendidos no hacen temer por su futuro a corto ni a medio plazo.

Es más, las empresas españolas se esfuerzan ahora por presentarse -a veces con éxito- a las ofertas para el suministro de plantas industriales y grandes equipos, como la central térmica de Subra el Heima, construida por Dragados y Construcciones y Entrecanales y Puertos; la planta de montaje de los automóviles Seat 127, cerca de El Cairo, y otra factoría para la fabricación de fertilizantes nitrogenados.

Operaciones crediticias

A la hora de explicar el espectacular auge de las ventas españolas al más poblado de los países árabes, los préstamos de España constituyen un factor determinante. Con un volumen de 452 millones de dólares de operaciones de exportación financiadas en 1983, España fue el año pasado el primer acreedor de Egipto a corto y medio plazo, por delante, por ejemplo, de Francia, que sólo prestó divisas por valor de 368 millones, o de Estados Unidos, que se limitó a poner a disposición de los egipcios 50 millones. de dólares. Egipto es, paralelamente, la primera fuente de riesgo de España.El agregado comercial español en El Cairo, Fernando Mier, argumenta también que la adecuación entre las necesidades de consumo de Egipto, país subdesarrollado, y la producción española de escasa tecnología aclara en parte el alto nivel de las exportaciones españolas, que además gozan de una buena imagen, al ser aún relativamente recientes en el mercado egipcio.

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