Jornada entre dos fiestas mala es de guardar

El mal humor de que hacían gala los habituales ante los mil ruidos procedentes de las verbenas municipales, y que les han impedido conciliar el sueño, parece haber tenido su influencia en el parqué. Después de varias jornadas marcadas por la indecisión, en las que se esperaba alguna señal (de no se sabe dónde) para apostar por las compras o las ventas, los operadores se han decidido por tomar el camino más fácil: salirse del mercado cuanto antes, por lo que el papel se enseñoreó ayer de la bolsa.Los síntomas de esta nueva orientación bajista estaban cantados desde el momento en que la resistencia de los valores comenzó a resquebrajarse ante las dificultades del índice general para elevarse claramente hacia la cota del 125. Pero, a pesar de este cambio de rumbo, lo cierto es que la sesión de ayer estuvo marcada fatídicamente. Por una parte, la reacción negativa del día del Corpus en el mercado barcelonés, el único que funcionó el jueves. Por otra parte, el tratarse de una sesión puente y, por si fuera poco, la última de la semana.

Esto en lo que se refiere a causas interiores, porque también la influencia exterior ha sido más bien negativa. No hay que olvidar que el jueves la Bolsa de Nueva York vivió una jornada bajista (después de tres días cosechando ganancias) que se saldó con la pérdida de 4,42 puntos en el promedio industrial Dow Jones. Junto a ello, la subida del dólar también se configura como un elemento que difícilmente podía tener una incidencia positiva en la evolución del mercado.

Sin embargo, el errático comportamiento que Wall Street viene protagonizando en los últimos tiempos no ha sido obstáculo para que el volumen de las inversiones extranjeras se haya resentido en la Bolsa de Madrid. Ayer se hizo público el balance del mes de mayo, y pudo comprobarse un saldo positivo de 976 millones de pesetas efectivas (1.402 millones en compras y 426 millones en ventas). Los sectores que han recibido este dinero han sido bancos (con 438 millones), electricidad (281 millones), papeleras (163 millones), químicas y textiles (157 millones) y Telefónica (127 millones). Las ventas, por su parte, se han centrado en bancos (131 millones), químicas y textiles (102 millones), electricidad (75 millones), constructoras (34 millones) y cementos (25 millones).

Pero, volviendo a la situación que atraviesa ahora el mercado, parece patente que sólo los bancos continúan ofreciendo una fuerte resistencia a la baja, aunque el empuje originado por la operación Hispano-Commerzbank ya está olvidado (ayer este valor tuvo que limitarse a repetir cambio, al igual que casi todos los demás títulos de este corro). La caja no registró la llegada de muchas órdenes vendedoras, por lo que el saldo se limitó a 836 títulos a la compra. Las sociedades de inversión mobiliaria, por su parte, siguen cosechando ganancias y se convierten en la excepción que confirma la regla de los descensos generalizados, debido en buena lógica a la favorable relación entre las cotizaciones y el valor teórico de liquidación.

Las expectativas para la próxima semana no son muy halagüeñas, aunque el descenso sufrido por algunos valores les ha otorgado nuevos atractivos, lo que puede impulsar cierta corriente compradora que bien puede plasmarse en la sesión del martes.