America Latina, con la soga al cuello
. La permanente subida de los intereses preferenciales en Estados Unidos de América, el tristemente célebre prime rate, está sirviendo de incentivo para que las repúblicas latinoamericanas encuentren un motivo real para unificarse en defensa de sus escuálidas y expoliadas economías.
Paradójicamente, lo que jamás logró el libertador Simón Bolívar, que luchó y murió por la unidad de esos pueblos, está lográndolo la acción de la Administración del presidente Reagan con su dura política conservadora y proteccionista que repercute negativamente en esa región, que vive, mejor dicho, apenas sobrevive por el peso de una deuda externa de 350.000 millones de dólares, incrementada día a día. por la subida del prime rate.
Tal es la incidencia de la subida de los intereses, que el pasado incremento de medio punto representa para el total de la deuda un aumento de 3.000 millones de dólares, que podrían servir para que la República del Paraguay cancele la totalidad de sus deudas, o que Bolivia amortice la suya en más de un 50%. En 1983, la tasa de intereses ha representado el 35% del total de las exportaciones latinoamericanas, y para ese mismo años pagaron intereses y utilidades de nuevos aportes de capital por 30.000 millones de dólares, lo que equivale, según cálculos de especialistas en el tema, al 50% del ahorro interno de toda la región. Este sobrehumano esfuerzo h sido posible realizarlo a costa del empobrecimiento de Latinoamérica. Ante este cuadro desolador y la asfixia del subcontinente americano, Argentina, Brasil, México y Colombia han tomado la iniciativa de formar un frente común y encontrar una fórmula unitaria para negociar en conjunto sus deudas, iniciativa que ha recibido respuesta inmediata de otras repúblicas suramericanas en igual o peor situación.
Ante este solo anuncio, bancos importantes de Estados Unidos, como el Manufacturs Hannover el Irving Bank y el Chase Manhattan, que tienen riesgos importantes en Latinomérica, han sufrido la pasada semana bajas sustanciales en la bolsa, y el propio dólar sufrió una pérdida de puntos frente a otras monedas europeas.
Es incuestionable que el desesperado grito de Morosos, uníos está actuando peligrosamente en la estructura bancaria internacional fruto de la desesperación y la lucha que mantienen estos países por su liberación y su desarrollo ante la insensibilidad de los países ricos, que asisten al desarrollo de esta tragedia tercermundista con total indiferencia.
Las condiciones del FMI
Lo dramático de la situación, al margen de los puntillazos del prime rate, es que hay otro elemento causando estragos en esa región: el Fondo Monetario Internacional, que con sus famosas recetas económicas está imponiendo sus condiciones que hacen peligrar a las frágiles democracias de ese continente al pedir más austeridad a los hambrientos, congelación de salarios, mientras los precios se disparan en una gigantesca espiral inflacionaria, incansable para los devaluados ingresos de sus consumidores.
Un ejemplo típico de la aplicación de las recetas del Fondo puede ser el reciente caso de la República Dominicana, sacudida por una cadena de huelgas y motines callejeros que obligó a su Gobierno democrático a reprimir con dureza a su pueblo, con un saldo de muertos, heridos y detenidos que puede hacernos recordar etapas anteriores de dictaduras caudillistas.
Todos estos correctivos que orienta el fondo tienen como objeto prioritario producir recursos para amortizar la deuda externa y sus intereses, al margen del desarrollo económico interno de esas naciones, que tendrán que seguir sufriendo con salarios congelados y temblando cada amanecer ante la posible y nueva subida de los intereses preferenciales norteamericanos, sabiendo que esa alza de intereses que tanto les afecta sirve más para contener la inflación del dólar que para restringir los suministros monetarios, y cuya escasez hace subir el coste del dinero en Estados Unidos frente a su astronómico déficit, que está superando los 180.000 millones de dólares, y donde los paupérrimos latinoamericanos se encuentran injustamente involucrados.
Estas sinrazones que ya se encuentran en la boca del pueblo hacen aún más difícil que los líderes democráticos latinoamericanos puedan justificar la aplicación de las medidas del Fondo Monetario Internacional y las subidas de los intereses preferenciales, que beneficiarán siempre a su poderoso vecino del Norte.
No olvidemos que el volcán centroamericano es un ejemplo patéticamente real de lo que está ocurriendo en ese continente. Es incuestionable que el origen primario de esa situación conflictiva está en el empobrecimiento acelerado de esas naciones, y la injusticia social, el detonante que sirve de caldo de cultivo para que intereses foráneos aprovechen esas condiciones para sus intereses, ajenos a la paz y la democracia de las naciones envueltas en esas tensiones.
La reflexión que nace ante estos hechos es que si efectivamente se constituye la unidad de los morosos, con la fuerza de su deuda de 350.000 millones de dólares puede, sin lugar a dudas, producirse el resquebrajamiento del sistema financiero internacional y saltar por los aires las débiles democracias latinoamericanas, llevándose consigo una deuda que no podrá ser cobrada por los países industrializados del planeta.
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