La última oportunidad de Líbano
Con la retirada de Estados Unidos, Siria está sirianizando a Líbano. Esto significa no tanto reorganizar las líneas sirias como demostrar quién es el que manda. En abril Damasco dispuso las cosas para que un viejo y simpático político, Rashid Karami, un musulmán sunita, llegara a primer ministro. (...)(...) Al primer ministro Karami, que no dice nada acerca de la ocupación siria, le resulta más fácil exigir que las fuerzas israelíes se retiren del sur de Líbano. Dice que está dispuesto a negociar la retirada pero solamente a través de un intermediario, lo cual equivale a retirarse antes de partir. Afortunadamente, los israelíes tienen buenas razones para marcharse. (...)
Su marcha sería más rápida si Karami pudiera disponer -y no puede- de un ejército libanés acreditado que se hiciera cargo del territorio. Mientras tanto, los cristianos de Líbano se agarran al ejército israelí como una tabla que los salve de la marea de los musulmanes fundamentalistas.
Hace falta tener un excepcional optimismo para creer que los libaneses todavía puedan salvar una nación que valga la pena. Sin embargo, al enviar sus tropas -Siria explícitamente e Israel implícitamente- ambos países se comprometieron a servir los intereses libaneses; los suyos propios.
Siria tiene la obligación de desempeñar de manera responsable su autoproclamada función protectora, y no comportándose como si los libaneses fueran un juguete. La obligación israelí es retirarse de modo que la nación libanesa salga ,beneficiada y no perjudicada.
16-17 de junio
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