Sordina para el fin de semana
La Bolsa cerró la semana como casi todo el mundo se temía: perdiendo empuje ante la afluencia de las realizaciones de beneficios. Sin embargo, el perfil de la sesión permite abrigar esperanzas para el próximo futuro.Efectivamente, a medida que los valores perdían algún punto aparecía dinero dispuesto a comprar a mejor precio, lo que demuestra que el fondo de resistencia se mantiene sólido y que lo ocurrido en los dos últimos días es producto de las prisas de los operadores a corto por llevarse a casa las plusvalías obtenidas en la fase de ascenso.
Ante la atonía del mercado, pocas novedades ofrece el parqué, aunque hay que destacar el cambio de tendencia registrada en El Águila, que ayer vio, impotente, cómo el papel llamaba a sus puertas sin que nadie -ni los importantes tomadores de sesiones importantes- se dignaran echarle un cable.
El resultado no ha podido ser peor, ya que la empresa cervecera perdió 11,5 enteros. Y es que la confusa situación respecto a la anunciada (si es que se la puede calificar así) ampliación, alguna vez tendría que pasar factura. Luego resulta que los responsables del valor se sienten molestos por algunos comentarios aparecidos en la Prensa.
También hay que volver la vista hacia las sociedades de inversión mobiliaria, que en medio del descenso general volvieron a ganar unas centésimas. Este sector estaba un poco olvidado, pero existen bastantes indicios que insinúan un retorno de los inversores. Lo cierto es que el precio de sus acciones en estos momentos, y hablando en líneas generales, está muy por debajo de su valor real de liquidación, lo que no deja de ser curioso, y que la ley de la oferta y la demanda tendrá que equilibrar algún día.
Los bancos, por su parte, continúan pensando más en las juntas recién celebradas o a punto de celebrarse. Los bancos, y por supuesto los inversores, que parecen aguardar a que pase un poco la tormenta originada por los coeficientes. Los llamados corsés de Economía y Hacienda no son plato de gusto para los ahorradores, que no se sienten atraídos a entrar ahora en estos valores. De esta forma, los cuidadores llevan una temporada haciendo equilibrios en la cuerda floja para mantener, las cotizaciones, especialmente hasta que se termine la temporada de reuniones.
Diferentes expectativas ofrecen los valores eléctricos, ya que aunque vienen perdiendo puntos en las últimas jornadas, cuentan con grandes probabilidades de superar el bache y remontar posiciones muy en breve. Algo que ya quisieran para sí bastantes títulos industriales.
El dinero continúa sin aparecer de forma sustancial en el mercado, y así, los movimientos especulativos de realizaciones han conseguido que el índice general se haya situado al final de la tanda semanal prácticamente al mismo nivel en que comenzó, con una ganancia simbólica de seis centésimas. Con volúmenes de contratación que no superan los mil millones de pesetas diarios, este flujo y reflujo parece inevitable.
A pesar de estas consideraciones, sin embargo, lo cierto es que continúa prevaleciendo la actitud compradora de los inversores, por lo que es de esperar que si no el lunes (puesto que la primera y recién inaugurada sesión de la semana no da mucho de sí), el martes puede ofrecer unos buenos resultados, más en consonancia con los registrados en la primera parte de esta semana.
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