La televisión se ofrece como un modelo a destruir en el Festival Nacional de Vídeo de Madrid

La televisión, como ha sucedido con buena parte del camino andado por los autores extranjeros, se convierte también en modelo a destruir por los artistas españoles que presentan sus producciones en el Primer Festival Nacional de Vídeo Madrid, a veces mediante la manipulación de sus programas y en muchas ocasiones convirtiendo las emisiones en objeto de mofa o sátira.

Sucedió en algunas cintas exhibidas en las dos primeras jornadas, como Perionodo, F.L.F. y ET-APA, y ayer el artista madrileño El Hortelano ofreció en Koloroa, una cinta realizada en Barcelona con prufusión de medios técnicos, su particular visión de los telediarios: hablados y subtitulados en lenguaje ficticio, ininteligible, quizá porque la televisión se expresa en un idioma demasiado fácil y estereotipado.Los locutores de El Hortelano utilizan vestuario de carnaval, se sirven de artilugios mecánicos e incluso de animales vivos sobre el tema del locutorio, o se ponen el teléfono sobre la cabeza con un reloj en la oreja para medir la presión ambiental; ilustran la desinformación televisada con maquetas del mundo invadido por maquinarias militares.

Los reportajes son algunas performances o actuaciones de números extravagantes. La historia de El Hortelano -que se incluye en la revista de vídeo La Nueva Ilustración Española, dirigida por Basilio Martín Patino y por José Luis García Sánchez- debería acabar cuando un bebé ante el televisor lo apaga en un acto de inocente desprecio por el medio; pero prolonga un discurso que sería más eficaz si más breve.

También la cinta catalana Every day things are getting worse (Las cosas empeoran cada día), de Alfonso Flaquer y otros, juega con la presencia de la televisión en el hogar. El monitor se desdobla en dos pantallas: a la derecha, una emisión convencional de televisión; a la izquierda, el telespectador o inquilino grabado por la cámara. Los actores explican así su propósito: "la acción de mirar que se vuelve pasiva frente a la imagen que realiza la acción".

Gloria Núñez, estudiante de quinto curso de la rama de imagen de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid, juega en su cinta titulada A, con la perfección habitual del espectador, introduciendo en una historia, factores de ansiedad mediante la inclusión de ruidos de señales y pérdidas de imagen, absorbidas tal vez por el ente público RTVE.

Primitivo Revuelta, de Madrid, narra en Desencuentro, con planificación cinematográfica, el frustrado deseo de una pareja de entablar contacto en un bar. Zasflas (Bilbao) hace en El crimen de Rekalde un reportaje del asesinato de un drogadicto.

Julián Álvarez ilustra en la producción catalana W.N.S. (World satanic net work system) temas musicales de Jordi Valls y de Sycais TV en torno al macabro suicidio colectivo de Guyana, los discursos del reverendo Jim Jones, el amaestramiento de un perro, los tambores de Calanda y el recuerdo de un accidente de tráfico, en un concierto que pretende predicar "la indulgencia frente a la abstinencia cristiana".

Continuación, de José Martínez del Hoyo (Pamplona), y Oftal, de José Ramón da Cruz (Madrid), son dos de las obras más innovadoras en cuanto a planificación de las presentadas ayer. En Continuación se narra con primeros planos recortados la acción de despertarse, preparar el café y analizar al microscopio un terrón de azucar en el que se ven imágenes de la ciudad. La segunda cuenta, con una puesta en escena audaz una historia en flashback de la misteriosa muerte de una empleada de hogar. La catalana Eugenia Balcells presentó a concurso, y lo hará de nuevo el sábado, dos segmentos de su instalación From the center.

Anteayer fueron presentadas varias obras. Día libre, de José Luis Terán (Bilbao), es una breve narración de tonos románticos que cuenta la despedida de una pareja en la terraza de un ático, con burbujas y alucinógenos. La universidad madrileña presentó dos obras: Abaddon, de Agustín García Matilla, un documental sobre la obra y personalidad del escritor Ernesto Sábato, y Radiaciones, de A. Togoso, C. Caballero y J. L. del Rey, calificada por éstos como "vídeo-percepción": proponen una forma de ver las relación hombre-naturaleza a partir de una rosa y de unas transparencias de imágenes microscópicas.

On-air 2, de Miguel Ángel Machín (Madrid), es un ejercicio esteticista sobre el vuelo de las aves, y Videodiario, de A. M. Teixidor, es una concesión a la cámara por si alguien le puede ayudar a saber si el neurótico es el autor o quienes le ven.

Veneno puro es una cinta gallega, de Xabier F. Villaverde, que puede ser una de las revelaciones del concurso: la cinefilia, con King-Kong en el televisor de la casa, sexo y muerte entre una pareja que habita un paisaje neoyorquino y futurista, protagonizan una historia de pesadillas y transferencias de emociones, narrada con la acción de las imágenes y con recursos del lenguaje y expresión propios del vídeo.

También un joven colectivo madrileño llamado Vídeo Doméstico, integrado por Gregorio Roldán, José R. Márquez y Luis C. Méndez, dio la sorpresa al presentar en Pasiones digestivas, una obra realizada en el formato Beta y sin las posibilidades de edición que permite el formato semiprofesional.