El Ayuntamiento de Valencia anuncia un nuevo plan para afrontar el caos urbanístico

El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Juan Antonio Lloret, y el arquitecto municipal Alejandro Escribano presentaron ayer un documento en el que se contienen los criterios y objetivos que se utilizarán para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana vigente en la actualidad. Ello supone el primer paso para proceder a la revisión, y se trata, en realidad, de la redacción de un plan nuevo que rompa con los criterios desarrollistas y favorecedores de la especulación que inspiraron el de 1966, que continúa en vigor.

Con el nuevo plan se completará la labor iniciada en materia de urbanismo por las dos corporaciones democráticas que se han sucedido desde 1979, y que ha sido importante, ya que han ordenado un 35% del suelo urbano a través de varios planes de reforma interior y tres planes especiales: el del río Turia, el de la Dehesa de El Saler y el de los cinco barrios del centro histórico.Estas actuaciones urbanístícas, con frecuencia contradictorias con las indicaciones del plan de 1966, han dado lugar a enfrentamientos con la Consejería de Urbanismo de la Generalitat y con particulares, que han recurrido por vía contencioso- administrativa. Mientras el Ayuntamiento ha entendido que era lícito cambiar la ordenación marcada por el plan anterior a través de estos planes parciales, la Consejería de Urbanismo y los particulares que han recurrido sostienen una interpretación jurídica contraria: sería necesario primero elaborar un nuevo plan.

Alejandro Escribano, arquitecto director del plan, ha manifestado que gracias a todos las actuaciones urbanísticas que se han llevado a cabo desde 1979 hasta ahora, a partir de este momento será mucho más fácil y se tardará menos tiempo en redactar el nuevo plan. Indicó que el plazo puede ser de dos años.

El nuevo plan pretende, según el concejal Lloret, "consolidar una dinámica radicalmente diferente de la que ya hoy está plenamente implantada: conseguir que cada nueva actuación, pública o privada, contribuya a una mejora de la ciudad y de sus condiciones de vida, invirtiendo el proceso anterior en que, como resultado de unos planes concebidos por y para la especulación más salvaje, cada nueva actuación empeoraba y deterioraba aún más la ya insostenible situación urbanística".

Se trata de ordenar la ciudad consolidada, lejos de los objetivos de crecimiento ilimitado que fijaba el plan de 1966. Hay que tener en cuenta que en la actualidad existen unas 60.000 viviendas desocupadas en Valencia. El número de viviendas acabadas al año, que en los sesenta llegó a ser de 11.000, actualmente está entre 2.000 y 2.500.

Desde la entrada en vigor del plan de 1966 y hasta el año 1980 se construyeron en la ciudad 146.750 viviendas. A partir de 1980 la nueva corporación municipal empezó a aplicar criterios distintos. El plan de 1966 se elaboró en función de la situación que provocó la catastrófica riada del año 1957.