Horror y superrealismo
Después de realizar en Francia Un perro andaluz y La edad de oro, Buñuel volvió a España, ya republicana, y rodó a comienzos de 1936, en condiciones precarías, un cortometraje sobre Las Hurdes titulado Tierra sin pan. Si sus dos primeros filmes fueron pedradas imaginativas, Buñuel sustituyó en éste la imagen inventada por la real y descubrió de un golpe su estilo profundo, que le ha permitido convertir la realidad en cantera inagotable de la imaginación superreal.Un anarquista, maestro de escuela, prometió a Buñuel una tarde de copas que si le tocaba la lotería le daría 20.000 pesetas para una película. Al maestro le tocó la lotería, y así, de la acumulación de dos realidades superreales, nació Tierra sin pan, supremo documento cinematográfico de la realidad superreal.
Con los cuatro mil duros, Buñuel trajo a Madrid a Pierre Unik y Eli Dothar, que llegaron de París con una cámara prestada por Yves Allégret. Pasaron varias semanas en Las Hurdes, revelaron la película y comenzaron a montarla a ojo. Se les acabó el dinero antes de que el filme fuera sonorizado y Tierras sin pan se estrenó en el cine-club Imagen, de Madrid, que dirigía Villegas López, en copia muda.
Buñuel, en la cabina de proyección, con un megáfono, dijo el comentario que más tarde incorporó a la banda sonora.
Nazarín, Los olvidados, Viridiana, están contenidas en el explosivo germen de Tierra sin pan. Este estremecedor documento
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