Vídeos en la cesta de la compra.
Las grabaciones de vídeo se han convertido en objeto de consumo cotidiano, con la misma atracción para el comprador que la diaria ración de proteínas e hidratos de carbono, y los vídeoclubes han optado por instalarse en los mercados, entre una frutería y una casquería, como un punto de aprovisionamiento más de la cesta de la compra. En la fotografía, un establecimiento de alquiler y venta de grabaciones en el madrileño mercado de Torrijos.
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