Amar el cargo

Benito Castejón fue delegado nacional de Educación Física y Deportes, primer presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) y presidente del COE; ahora se ha sumado a los ataques a Cuyàs por la incompatibilidad de los cargos que él mismo simultaneó.Jesús Hermida, el sucesor de Castejón en el CSD, cuando dejó de ser secretario de Estado intentó perpetuarse como presidente del COE y para ello dotó a este organismo de mayor presupuesto y habló de ciertas incompatibilidades. Ahora es Cuyàs el que, por razones no conocidas, realiza una defensa numantina en defensa de su cargo.

Todos aman la presidencia del COE, como si fuera la piedra filosofal de la sabiduría deportiva. Sin embargo, estar al frente del COE significar presidir unos miembros de dudosa rectitud. Los que ayer tenían intención de destituir a Cuyàs son los mismos que hace un año le nombraron presidente del COE. Los que ayer permitieron que la Prensa entrara a la asamblea son los mismos que en anteriores plenos lo impidió.

Cualquier decisión que se adopte no será buena porque la capacidad de diálogo no es posible entre interlocutores que atienden únicamente a las conveniencias de cada momento. Y las conveniencias son bien distintas, lógicamente, para el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, que para un ex presidente de tiro de pichón, o los presidentes de las palomas mensajeras, de bolos, de billares o de galgos. Todos, aunque parezca increíble, son miembros del COE y, además, tienen la misma fuerza, un voto.