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El presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos amenaza con la huelga general de solidaridad

Ante 150.000 manifestantes por la semana de 35 horas, que aguantaron una lluvia implacable, el presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), organismo que agrupa a 7,8 millones de sindicalistas de 17 ramas, Ernst Breit, advirtió ayer, durante un mitin en Bonn, que "en la presidencia de la DGB reina la unidad: si los patronos desafían, nosotros no excluimos una huelga de solidaridad a escala federal".

"Hasta San Pedro está con los patronos", exclamaba, entre resignado y humorista, un manifestante con el casco rojo del sindicato IG Metall y el impermeable amarillo. Según los organizadores, los manifestantes de la "marcha sobre Bonn" eran 230.000, pero el jardín central frente a la universidad no llegó a las apreturas de las manifestaciones pacifistas del pasado otoño. Era un día de trabajo y la lluvia dispersaba hasta los más animosos por las calles laterales.Isabel López, una española de Córdoba, trabajadora de la Mercedes Beriz, llegó en tren especial desde Stuttgart para manifestar se "con el IG Metall". A su lado otro español que trabaja en la Mercedes y lleva 20 años en la fábrica explicaba que "estoy aquí para participar en la demostración contra la auperrung" (cierre patronal). Un joven electricista madrileño, desde hace 11 años en la República Federal de Alemania, llegó desde Augsburgo, a 540 kilómetros de Bonn, donde trabaja en la fábrica de armamento Messerschmitt-Boelkow-Blohm, (MBB), que no está en huelga ni afectada por los cierres patronales, "pero estoy aquí por solidaridad". Ninguno de los tres españoles que aguantan la lluvia está afiliado a un partido, "sólo somos miembros del IG MetalI".

Una publicación del IG Metall sobre la "marcha sobre Bonn" aseguraba en español que "pocos días después de que el Gobierno de derechas de Bonn-del CDU/ CSU y FDP haya fracasado en su intento de conceder una amnistía a los defraudadores fiscales de la industria y la economía y. los políticos sospechosos de corrupción de sus propias filas, se vuelve a dar un golpe al orden jurídico de la RFA. En una trama entre el Gobierno de Kohl y los empresarios, el Instituto Federal de Trabajo ha decidido que a los trabajadores afectados indirectamente por el alto a la producción fuera de las regiones en huelga no se les pague subsidio por jornada reducida".

Escándalo político y social

El vicepresidente y delfin del IG Metall, Franz Steinkuehler, abrió el mitin y dio cuenta de la solidaridad de escritores como Heinrich Böll y Gunter Grass, más otros, intelectuales y artistas. Luego Steinkuehler denunció "el compadreo entre el Gabinete y el capital. La huelga es la respuesta legítima a ese compadreo" y denunció el intento de socavar el derecho de huelga y dejarlo reducido sólo a algo "existente sobre el papel". El presidente del IG Metall, Hans Mayr, dijo en su discurso que "es un escándalo político y social contra el que nosotros protestamos" la decisión de no pagar seguros de paro a los trabajadores afectados indirectamente por la huelga y añadió que ese decreto "es propio de una república bananera o de un Estado feudal de la Edad Media".El presidente de la DGB, que agrupa a los sindicatos de la RFA, Ernst Breit, dijo "a los colegas en huelga o sin trabajo por el cierre patronal: vosotros no luchais solos. Vuestra lucha es nuestra lucha. Vuestros contrarios son nuestros contrarios". Breit recordó que hace 100 años Bismarck anunció la ruina y la pérdida de competencia de la industria alemana por la introducción de la semana de 60 horas y "hoy dice el conde Otto Lambsdorff lo mismo". Advirtió el presidente sindical que no olvidará que el ministro de Economía, Lambsdorff, fue el creado de la expresión "hamaca de la se guridad social" para desviar la atención del problema del paro y "ni podemos, ni queremos olvidar que durante el mandato del conde Otto Lambsdorff el paro aumentó en un 130%".

Denunció Breit la decisión del Instituto Federal de Trabajo como "un grave atentado contra el principio de neutralidad" y dijo que "cada cierre patronal es una declaración de guerra a toda la DGB". Breit apeló al final de su discurso a "permanecer un¡dos en la lucha por el trabajo y la justicia, contra el cierre patronal y los atropellos a la ley". Para hoy, martes, está prevista de nuevo la reanudación de las negociaciones tarifarias en el distrito de Baden, y Wurtenberg del Norte, sin que ninguna de las partes dé muestras de estar dispuesta a hacer concesiones en un enfrentamiento que cada vez adquiere más el carácter de una prueba de fuerza, más allá de la simple lucha tarifária o por la semana de 35 horas. El ministro federal de Trabajo, el democristiano Norbert Bluem (CDU), convocó a última hora de la tarde una conferencia de prensa urgente para valorar la manifestación de los sindicatos, a los que acusó de "querer convertir una lucha tarifaria en lucha política contra el Gobierno federal, lo que está dificultando el acuerdo". Bluem apeló a las partes en conflicto para que acudan "al compromiso y la cooperación, que son el elixir vital de toda sociedad".

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