_
_
_
_

Tierno recuerda que "las buenas costumbres piden mesura en lo que al destaparse toca"

El alcalde de Madrid, Enrique Tierno, dictó ayer un bando en el que instruye a los madrileños sobre las modificaciones indumentarias que suele provocar el calor. El alcalde reconoce que él mismo ha observado "con particular y escrupulosa atención'" a las visitantes y vecinas "que dan en despojarse" de ciertas prendas, pero pide a todos que observen mesura en el aligeramiento de ropa, aunque "sin caer en impropias mojigaterías, exageraciones ni afectación de virtud".

El texto íntegro del bando es el siguiente."Madrileños: es viejo decir poético, con varia fortuna repetido, que con la llegada de la primavera la naturaleza se viste con sus mejores galas, encubriendo la magra y seca desnudez del invierno con brillantes y copiosos adornos. Pero la humana especie, que a veces contraría y repele lo que Natura hace, lejos de cubrir descubre y lo que tapado había destapa, en obsequio de más alegre, descuidado y gozoso vivir al que el bonancible tiempo invita".

"Nada tendrá el alcalde que advertir, respecto de lo dicho, si entre los que tal hacen no hubiere algunos, y también algunas, que caen en desquiciada y peligrosa confusión, pues hacen de esta villa lo que esta villa no es, tomando los ábregos vientos que de La Mancha vienen o los cálidos aires que del africano sur nos llegan por suaves y marinas brisas, y el recio sol de Castilla, que más québranta que alivia, por el suave y reparador que en los altos montes luce".

"De tan quimérica visión de la verdad nacen extrañas y peligrosas costumbres, pues desprovistos los hombres de jubón y calzas, pavonéanse en lienzos o lenzuelos, en extremo contentos de sí, aunque hayan las carnes flacas, desdichadas las proporciones y mal encajados los huesos, como si lo hubieran sido por un torpe algebrista".

"Algo semejante, aunque no igual, ocurre con buena copia de nuestras feminiles visitantes que por esta ciudad vagan y peregrinan y con numerosas vecinas que, arrastradas por la antigua y legítima inclinación al discreteo, más la quimérica confusión que ya dijimos, dan en despojarse, como con particular y escrupulosa atención ha observado el alcalde de esta villa, de corpiños, basquiñas, briales y otras prendas, que por respeto no se nombran, faltando poco, en algunos casos, para que tanto mozas como menos mozas en carnes queden".

"Ocasionánse de este modo graves y superfluos daños, pues quienes desde el pescante los coches guían alejan la atención de su principal menester, arrastrados por el invencible deseo de mirar, con menoscabo de haciendas, peligro para la vida y aumento de la común confusión"".

"Sucede además que el grande polvo que la ciudad produce particularmente en el estío, la quemazón del sol, el rebullir de las simientes y otras vegetales materias en la urbana atmósfera amén de los humores a cuya expulsión, la desnudez promueve, ocasionan salpullidos, llagas postemas, abscesos y hasta lam parones, males que, según los físicos del concejo, empodrecen los suaves miembros y gentiles cuerpos de las vecinas de esta corte".

"Conviene, por último, añadir a lo ya dicho que las buenas cos tumbres piden comedimiento y mesura en cuanto al destaparse toca, pues en esos lugares de común recreación y roce que son las públicas piscinas, como natura huye lo triste y, apetece lo deleitable, exagéranse los destapa mientos, sin haber cuenta del de coro que cada uno a sí propio debe y del respeto que la tranquilidad de los demáis merece". "También a veces acaece, cuando los estivales calores son muy grandes, que algunos de nuestros visitantes, para alivio, descanso y alegre algazara y regodeo, se meten en cueros vivos en el agua que llena las tazas de las fuentes públicas monumentales. De cundir este ejemplo faltarían tazas o sobrarían visitantes, con perjuicio notorio para el bueno y equilibrado proceso de la vida en esta Corte. Amén de que con estos medios, según a esta alcaldía se alcanza, los ardores, lejos de bajar, aumentan, por lo que se conmina a moradores y visitantes a que no practiquen tan dañosos y censurables usos".

"Confía, pues, el alcalde que durante el presente estío visitantes, andantes en Corte y las vecinas y vecinos de esta villa, de cualesquiera edad y condición que sean, salvo los ancianos de cansada y molida senectud, tengan el debido cuidado en cuanto a lo que en este bando se aconseja, sin caer en impropias mojigaterías, exageraciones ni afectación de virtud".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_