El juez procede contra conocidas personalidades en relación con la quiebra de la empresa Waimer

La titular del juzgado de primera instancia número 19 de Madrid, Manuela Carmena, ha declarado el estado de quiebra necesaria de la empresa Waimer, SA, y ha requerido a conocidas personalidades que formaban parte del último Consejo de Administración -entre ellas financieros, médicos y militares- que depositen fianzas de medio millón de pesetas cada una para evitar la prisión. El Código de Comercio prevé que los implicados queden en arresto domiciliario.

El Consejo de" Administración estaba integrado por Francisco Castiella Pérez, Jesús y Manuel Santiveri Capdevila, José Luis Salas Cardenal, Cristóbal Martínez Bordiú, Carlos Zurita González, Demetrio Ullastres Astudillo, Francisco García Escamez, Gregorio Marañón Moya y Jaime Arteaga Martín.Se da la circunstancia de que los dos únicos consejeros con. los que pudo hablar EL PAIS -Gregorio Marañón Moya y Francisco Castiella Pérez- afirmaron haber abandonado hace años esta empresa. La decisión de la magistrada está motivada en el impago de unos créditos que habían sido concedidos por el Banco Simeón por importe de 25 millones de pesetas. La sede social de la entidad es, en la actualidad, desconocida. Waimer había sobreseído de una manera general sus pagos, y en varios juzgados de Madrid y Barcelona se siguen procedimientos contra la sociedad, promovidos por diferentes entidades. La declaración de quiebra se ha hecho con efectos desde el 10 de abril de 1982, y sin citación ni audiencia de la sociedad quebrada.

El juzgado ha nombrado a Alfonso Alarcón como comisario de la quiebra; y a Luis Salvadores, como depositario

Según el auto dictado, el procurador Argimiro Vázquez Guillén y el abogado José María Rodríguez Miranda, en representación del Banco Simeón, solicitaron la declaración del estado legal de quiebra necesaria de la entidad Weimar, SA. El citado banco había concedido a la sociedad el 10 de abril de 1981 dos préstamos, uno por 15 millones y otro por 10 millones, a un interés del 18% y con vencimiento al 10 de. abril de 1982. En garantía de los préstamos se otorgaron ante el notario de Madrid Enrique Sanchis sendas escrituras de prenda sin desplazamiento, sobre maquinaria propiedad de Waimer a favor del Banco Simeón.

Impago de préstamos

Al vencimiento de los préstamos, Waimer no reintegró ni el principal ni los intereses pactados, que totalizaban 27.129.000 pesetas. Ante el impago de las cantidades adeudadas, el Banco Simeón promovió dos procedimientos ejecutivos sumarios en base a la maquinaria que había quedado como garantía. En estos procesos, en los que se solicitaba la remoción del depósito debido a que la maquinaria estaba en poder de un tercero, se descubrió que, pese a que Waimer había manifestado que la maquinaría dada en garantía se encontraba libre de cargas y gravámenes y en plena disponibilidad, la realidad era que estaba gravada por otros dos impagos, que totalizaban una cantidad superior a los 10 millones de pesetas.Antes de admitir la quiebra, el juzgado recibió información de testigos de la que se desprendía que Waimer había sobreseído de una manera general el cumplimiento de sus obligaciones.

Declaraciones

A pesar de las gestiones realizadas por este periódico para lo caliza! a los implicados en el auto, únicamente fue posible entrar en contacto con Gregorio Marañón Moya y Francisco Castiella Pérez. El primero afirmó que renunció oficialmente en el registro mercantil como consejero de Waimer el 23 de marzo de 1981, es decir, mucho antes de la quiebra y de la solicitud de los préstamos que han originado el procedimiento judicial. Castiella, por su parte, dijo que se encuentra actualmente jubilado y que dejó la empresa hace años, aunque no supo precisar la fecha. Agregó que ya ha perdido todo contacto con Waimer y su Consejo de Administración.Waimer fue la primera empresa que inició en 1965 el intercambio comercial con la Unión Soviética, y entre los miembros de su Consejo de Administración estuvieron el ex ministro del Interior Antonio Ibáñez Freire, el general Marín de Bernardos y el médico Sixto Obrador.