Empieza a debatirse el explosivo informe sobre la logia P-2
Mañana martes, en el palacio de San Macuto, de Roma, antigua sede de la Inquisición y lugar donde fue juzgado Galileo Galilei, comienza el debate sobre el explosivo informe preparado por la comisión parlamentaria que ha investigado durante 30 meses en ese mar sin fondo que es el escándalo de la logia masónica secreta Propaganda Due (P-2) de Licio Gelli. El documento que empieza a discutirse ha sido preparado por la presidenta de la comisión, la democristiana Tina Anselmi, ex ministra de Trabajo y de Sanidad y gran amiga del estadista Aldo Moro, asesinado por las Brigadas Rojas. Sobre este documento, los miembros de la comisión podrán proponer modificaciones antes de que se elabore la versión definitiva, que deberá ser presentada antes del 15 de julio.
Tina Anselmi ha preparado el documento sobre la base de la información recogida durante dos años y medio de trabajo por una comisión de diputados pertenecientes a los 10 partidos representados en el Parlamento. El material, precioso y explosivo, ocupa toda una sala del Parlamento y está vigilado día y noche, metralleta en mano por carabineros.El documento que se va a discutir tenía que haberse mantenido secreto, pero fue publicado días atrás, íntegramente, por la revista L'Espresso, dando lugar a un verdadero terremoto político que estuvo a punto de hacer caer el Gobierno de centro izquierda presidido por el socialista Bettino Craxi.
Contrariamente a lo que muchos pensaban y, sobre todo, a lo que hubiesen deseado, el documento contiene afirmaciones sorprendentes. Se dice, en primer lugar, que la mayoría de los 930 nombres que aparecían en la lista de la P-2 respondían a los verdaderos afiliados que habían pagado su cuota y formulado el juramento de fidelidad masónica a Licio Gelli, mientras durante los interrogatorios el 90% había declarado que no sabían nada y que Gelli había dado sus nombres sin su consentimiento.
Uno de estos afiliados de lujo que había negado siempre su pertenencia a la P-2 -y que actualmente es secretario general del Partido Socialdemócrata y ministro -de Presupuestos- es Pietro Longo, que figura con el carné número 2.223, con la cuota pagada de 100.000 liras y el juramento hecho en el hotel Excelsior de Roma. Se sabe hasta la hora: las 16.30.
Se teme, además, que pueda aparecer de un momento a otro una nueva lista, quizá con afiliados de mayor rango, y no se excluye que otro documento secreto presentado hace unos días por el presidente del Gobierno, Bettino Craxi, a Tina Anselmi, pueda ser un suplemento de afiliados que le haya podido llegar a través de los servicios secretos.
En el informe Anselmi figura además que Licio Gelli no era un payaso megalómano sino un personaje peligroso que había trabajado con los servicios secretos y, a su vez, había sido manipulado por ellos. Se afirma también que Gelli había conseguido crear una red de connivencias en todos los ganglios del poder -desde los ministerios más importantes a la misma presidencia de la República, pasando por la Magistratura, la televisión y los periódicos, el Ejército, el mundo de las finanzas y los mismos servicios secretos-, todo ello corno intento de crear una alternativa de poder oculto.
El texto elaborado por la comisión deja caer graves sospechas de que la logia P-2 ha estado implicada en el terrorismo negro y rojo, en los grandes crímenes de los últimos tiempos, aun los más misteriosos, empezando por el asesinato en Londres del banquero Roberto Calvi, hombre clave de la P-2, e incluso probablemente en el del mismo Aldo Moro.
Sobre el delicado problema de si Gelli y su logia intervinieron en el secuestro y asesinato de Moro, el documento Anselmi revela que los servicios secretos de entonces, cuyos altos mandos resultaron ser todos miembros de la P-2, investigaron los motivos políticos del acto terrorista "sobre la base de una reunión de trabajo en la que había participado Licio Gelli". Y en el documento se señala: "El jefe de la logia actuaba, pues, en aquel momento, como un elemento injertado ya a los niveles más altos en los ganglios del poder del Estado". El propio jefe de la policía de Arezzo (ciudad natal de Gelli) fue encargado a su vez de indagar sobre Gelli durante los 55 días del secuestro de Moro, "como posible pista para descubrir su paradero".
Pero quizá lo más grave de todo es que la misma Ariselmi reconoce que no ha sido posible saber quién estaba por encima de Licio Gelli, quién le introdujo en las altas esferas del poder estatal, quién le protegía, haciéndole prácticamente intocable y omnipotente.
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