Preocupación francesa por la competencia de la agricultura española tras el ingreso en la CEE
ENVIADO ESPECIAL, La supuesta potencialidad de la agricultura española, sus niveles de precios y salarios, el grado de abastecimiento y la efectividad de los controles a la producción que se establezca son algunas de las preocupaciones más importantes que subyacen en estos momentos en Francia de cara a la integración de España en la CEE, según ha quedado patente este fin de semana en Nantes, en el congreso anual de la Asociación de Periodistas Agrícolas Franceses.
El tema de la adhesión española ha sido el objeto central de debate en un congreso en el que intervinieron como principales invitados representantes de la Secretaría de Estado para las Relaciones con la CEE española. El año pasado intervino en este congreso Michel Rocard, ministro de Agricultura francés.Casi coincidiendo con este acontecimiento, y también en esta provincia del departamento del Loira Atlántico, Lionel Jospin, primer secretario del Partido Socialista Francés y cabeza de lista a las elecciones del Parlamento Europeo, declaraba a propósito de la ampliación de la CEE en un tono ecléctico y poco comprometido: "Nosotros no decimos ni sí ni no. Deseamos discutir seriamente las condiciones y las modalidades concretas de la ampliación". Unas declaraciones sin demasiado contenido y forzadas, de cualquier forma, por la inminencia de las elecciones al Parlamento Europeo.,
Los principales sindicatos y organizaciones, de agricultores ya han levantado su voz y, bajo la amenaza de "salir masivamente a la calle" el próximo día 29 de mayo, coincidiendo con el Consejo de Ministros comunitario, han pedido una subvención de 1.000 millones de francos -y no de 605 como ofrece el Gobierno- para facilitar la jubilación anticipada a los 55 años de los productores lecheros.
El mensaje de los representantes españoles a la Prensa especializada del vecino país fue claro: ha habido dificultades políticas y económicas para que se concrete la adhesión, pero la ampliación a 12 miembros va a dar un nuevo equilibrio tanto a la política mediterránea como a la propia CEE. El reglamento aprobado en Luxemburgo sobre frutas y hortalizas es importante para el equilibrio de los productos del Norte y del Sur, pero es lesivo para España si se introduce inmediatamente. España también desea que la CEE reconozca los problemas que ocasionarán los productos continentales. Sólo a partir del reconocimiento mutuo de esos problemas comenzarán a resolverse tales divergencias.
España rechazará el periodo transitorio de 10 años, porque la penetración de la CEE en España debe ser lenta. "No queremos que nuestros precios, más bajos, aumenten demasiado bruscamente y provoquen una inflación brutal, que iría en contra de la austeridad económica del Gobierno
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