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El Congreso investiga las actividades de la Rumasa "sumergida'

Las actividades de la Rumasa sumergida, centradas principalmente en Cataluña, fueron investigadas ayer por la ponencia de la comisión del Congreso de los Diputados encargada de analizar los hechos que dieron lugar a la expropiación del grupo. Una de las seis personas interrogadas durante las cinco horas de sesión parlamentaria ha sido Francisco Curt, el hombre que presentó antes de 1958 a Rafael Termes, actual presidente de la patronal bancaria, al luego fundador de Rumasa, José María Ruiz-Mateos.Terminada la reunión, a puerta cerrada, el presidente de la comisión, el socialista Luis Berenguer, comunicó a los periodistas "la impresión" de que la Rumasa sumergida, nombre dado al conjunto de empresas del holding de la abeja no declaradas oficialmente como tales hasta el 23 de febrero de 1983, "no estaba tan sumergida".

Según Berenguer, la existencia de empresas sumergidas, aunque ocultada oficialmente, era conocida al menos por varios miles de personas, sobre todo ejecutivos de empresas relacionadas con el grupo y trabajadores de las mismas. Molesto en otra ocasión por la sospecha de que algunos comparecientes ocultaron datos o no dijeron la verdad, el presidente se mostró ayer satisfecho por la información recibida, aunque no reveló su contenido, y anunció que después de las personas citadas para el viernes -entre ellas el director de la división bancaria hasta poco antes de la expropiación y uno de los mayores colaboradores de Ruiz-Mateos en las operaciones de extranjero- habrá nuevas citaciones, como las de directivos del Consejo Superior Bancario en 1966 y 1974.

Aunque todos, los interrogados ayer -Juan Ros Petit, Salvador Tudela, Ernesto Fernández Pérez, Francisco Curt, José Álvarez Piñero y Ernesto Casa Aruta- se mostraron al salir parcos en palabras o rehuyeron a los periodistas, medios parlamentarios insistieron en que no se conocieron hechos muy novedosos en la relación de Ruiz-Mateos con cada uno de los citados ayer, sí bien la globalización de datos resultará interesante. Todos reiteran que en su relación con el fundador de Rumasa no hubo infracciones ni fraudes.

Varios de los comparecientes, según las mismas fuentes, se declararon perjudicados por su relación con Ruiz-Mateos. Pero el único que accedió a comentar con este periódico algunas experiencias fue Curt, propietario de la empresa "casi en quiebra" que el fundador de Rumasa dijo desde Londres haber comprado en 1982 por 800 millones de pesetas, "sólo para satisfacer a Rafael Termes" (EL PAIS, 17-1-1984). Además de coincidir con Termes en que nunca fueron socios, señaló que no recibió por la venta más que el precio simbólico de una peseta y que no la efectuó a Rumasa, sino a Luis Romero (colaborador de Ruiz-Mateos).

Curt, intermediario en negocios de exportación hasta la liberalización de 1959, motivo por el que conoció a Termes, se hizo socio de los hermanos Ruiz-Mateos en 1958, al constituirse Ruiz-Mateos y Cía., sociedad anterior a Ruiz-Mateos, SA (Rumasa), y que luego se intercambiaron cuatro veces, a raíz de promover la urbanización Vilafortuny, entre Cambrils y Salou.

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