Suspende pagos Coeba, la mayor cooperativa de consumo de Madrid, con 62.000 socios
La Cooperativa de Empleados de Banca (Coeba), entidad madrileña que acoge a 62.000 cooperativistas definitivos y 40.000 socios aspirantes, que pertenecen a todos los sectores productivos -aunque nació para aportar servicios a los trabajadores del sector financiero-, presentó ayer suspensión de pagos en el Juzgado número 14 de Madrid, cuyo titular es Rafael Gómez-Chaparro, según información recogida por Radio EL PAIS.En el momento de la suspensión, la cooperativa registraba un pasivo de 1.200 millones de pesetas, y fue ejecutada a instancias de la compañía Thomsom, empresa nacionalizada francesa dedicada a la electrónica profesional y de consumo. La cooperativa, con un inmovilizado de 800 millones de pesetas libres de cargas, tuvo en 1983 una facturación de 7.200 millones de pesetas, y es la primera empresa de distribución en Madrid no vinculada a multinacional alguna. En estos momentos posee una docena de establecimientos en la provincia madrileña, entre ellos, un hipermercado en Alcalá de Henares.
La crisis de Coeba comienza, según las fuentes consultadas, en el momento en que decidió ampliar sus servicios a todos los trabajadores de Madrid, no sólo a los del sector bancario. La cooperativa, creada hace 20 años, sufrió fuertes tensiones por su control entre miembros afines al PSOE y al PCE.
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La Cooperativa de Empleados de Banca, con 100.000 asociados, presentó ayer suspensión de pagos con un pasivo de 1.200 millones
Viene de la primera páginaLa lucha entre miembros del PSOE y del PCE por el control de Coeba se resolvió finalmente a favor de los segundos. Actualmente, la mayoría de la junta rectora está afiliada a Comisiones Obreras, mientras que el comité de empresa pertenece mayoritariamente a UGT.
En 1981, Coeba sufrió la más fuerte de sus crisis económicas, registrando unas pérdidas de 150 millones de pesetas. Antonio Cancelo, director gerente de Eroski, la cooperativa de consumo más fuerte de España, radicada en el País Vasco, que cuenta con 150.000 socios, fue llamado por los directivos de Coeba ese mismo año para intentar reflotar la situación financiera de la cooperativa madrileña, Cancelo, mediante una gestión ordenada, consiguió reducir a cero las pérdidas que arrastraba Coeba en el año 1982. Sin embargo, el deterioro volvió a reproducirse en los dos últimos años, hasta llegar a la suspensión de pagos que se presentó ayer.
La crisis actual tiene como causa principal un enorme endeudamiento a corto plazo, exceso de mano de obra y un gigantismo de su negocio, concentrado en un plazo excesivamente corto de tiempo.
Coeba cuenta con 550 trabajadores y tiene aprobado por la autoridad laboral un expediente de regulación de empleo por 10 meses para 150 personas. Durante los últimos meses, los rumores sobre la mala marcha de la entidad eran de dominio público. La cooperativa comercializaba todo tipo de mercaderías de consumo.
Más de 400 acreedores
Entre los acreedores figuran el Banco Central, con, aproximadamente, 600 millones en letras impagadas. Sin embargo, un portavoz autorizado del banco afirmó que la deuda era de 230 millones en papel comercial. "No tenemos créditos y, por tanto, no estaremos en la suspensión, ya que cobraremos de los aceptantes", afirmó. El resto se encuentra muy repartido entre más de 400 proveedores. Los directivos de Coeba convocaron el pasado mes de febrero una asamblea extraordinaria para promover un plan de recapitalización de la entidad y afrontar las dificultades por las que atravesaba y para poder hacer frente a la situación. En la misma se planteó la necesidad de que los trabajadores hicieran una serie de sacrificios, al tiempo que se propuso a los acreedores aplazar el pago de la deuda pendiente durante un año y medio, a la espera de que se obtuvieran una serie de créditos procedentes, fundamentalmente, del Fondo Nacional de Protección al Trabajo. No obstante, uno de los acreedores no principales, el grupo francés Thomson, decidió no esperar y ejecutó la semana pasada una deuda por valor de ocho millones de pesetas.
Con el fin de evitar que la tramitación judicial suscitara una pérdida de activos de unos 30 o 40 millones de pesetas, la dirección de Coeba decidió presentar la suspensión de pagos para salvaguardar todos los activos y dar un trato igual al conjunto de los acreedores. En la suspensión de pagos presentada se propone comenzar a negociar un aplazamiento de tres años en el cobro de las deudas, sin ninguna aminoración inicial de las mismas.
La Dirección General de Cooperativas ha solicitado a Coeba que presente en el plazo de 15 días un estudio de viabilidad a cinco años. Posteriormente se convocará una reunión de los asociados y entidades financieras para estudiar las posibilidades, de supervivencia de la cooperativa.
El plan, impulsado por la dirección general, intentara conseguir créditos hipotecarios por importe de 150 millones de distintas entidades. Los trabajadores solicitarían, por su parte, créditos personales por valor de 300.000 a 400.000 pesetas, con el aval patrimonial de la cooperativa. Hace unos días se celebró una reunión en la sede del PSOE, en la que se estudió la prevista suspensión de pagos.
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