Catalana de Gas crea, por vez primera en España, la figura de presidente de la junta de accionistas

Por primera vez una empresa española contará con un órgano rector de la junta general de accionistas diferente y complementario de su consejo de administración. Así lo aprobó ayer la junta de Catalana de Gas, SA, la propuesta formulada por el presidente de su consejo de administración, Pere Duran Farell. La idea aprobada es triple: profesionalizar completamente el consejo de administración, establecer un organismo específicamente encargado de las relaciones de la empresa con el entorno y resituar funcionalmente a las diferentes generaciones de consejeros y directivos. A medio plazo, el actual presidente de Catalana dejará sus funciones ejeputivas, en una transición escalonada.El organigrama, novedoso en el contexto de la empresa española, quedará así: la junta elige un presidente, quien designa a una comisión asesora con las funciones de conectar a la compañía con el entorno social. Paralelamente, el consejo de administración se forma íntegramente con ejecutivos, responsabilizados de las diversas áreas, al modo de las grandes compañías multinacionales. Entre la asesora y el consejo hay un canal de comunicación permanente, mediante un miembro común.

Este esquema supone el aprovechamiénto del artículo 61 de la Ley de Sociedades Anónimas. Dicho artículo prevé que la junta sea presidida por una persona designada por los mismos accionistas o, en su defecto, por el presidente del consejo de administración. Hasta hoy, la costumbre en la empresa española es que sea el titular del consejo quien presida la junta.

Creciente complejidad

La figura de un presidente de la Junta, rodeado de una asesora, responde a la "creciente complejidad" del entorno de la empresa "y más si ésta es una compañía de servicio público", lo que requiere, manifestó Duran Farefi, "crear algún órgano que institucionalice las relaciones" con el resto de la sociedad. Es decir, que pueda "transniítir el mensaje de que los intereses del entorno son convergentes con los de la empresa" y al mismo tiempo "transmitir al consejo el contenido real de las solicitaciones externas".Este órgano -"que resume la aportación de los seniors en el sentido anglosajón o japonés del término"- quedó inmediatamente formado por todos los hasta ahora consejeros, bajo la presidencia de Duran, por un período de -tres años, además de por Pere Grau -futuro presidente de la compañía- y Joaquim Maluquer. Simultáneamente, se aprobó que el nuevo consejo sea más reducido. Contará con siete vocales, en lugar de 11, todos ellos "ejecutivos, de áreas de responsabilidad concretas". Duran sigue ostentando su presidencia, que dejará en los próximos meses. Joaquim Maluquer, abogado y sociólogo, será el miembro común de ambos organismos. "Ni los jóvenes solos, ni los viejos solos, ni los técnicos solos, ni los filósofos solos pueden encontrar soluciones válidas. Todos hacemos fálta. Nadie puede irse, pero sí conviene que todos nos recoloquemos", sentenció Duran.

El presidente de la compañía destacó que esta modificación se hacía en un momento ideal, "sin emergencias internas ni externas que la condicionen", tras "el mejor ejercicio de la historia de Catalana de Gas desde 1843". La cifra de negocios de 1983 ascendió de 26.574 millones a3l.462 millones de pesetas, con un beneficio neto de 703 millones.

Sobre el futuro del gas en España, Pere Duran manifestó su acuerdo general con la filosofía del Plan Energético Nacional al respecto, aunque "quizá no valora bastante las posibilidades del gas natural como energía alternativa, ni su papel básico en el ahorro de energía primaria".